Por Roberto veras.-
No me gusta corregir a ningún “periodista” o “comunicador” porque cada quien tiene su estilo de expresarse y tener una mala redacción puede ser difícil de aceptar, pero cuando escribes mal sin ninguna intención, te convertirás en un escritor tonto a los ojos de tus lectores, sin importar lo inteligente que seas.
La mala redacción implica que no sabe nada sobre ortografía o gramática, y si escribe mal, refleja la misma luz negativa sobre ti, y la gente no pensará que eres muy inteligente.
Es por eso que aprender a escribir bien es una habilidad tan valiosa, independientemente del campo en el que se encuentre. Todos terminamos teniendo que escribir de alguna forma, ya sean correos electrónicos, informes o documentación de su trabajo. Si escribe y termina haciendo un mal trabajo, puede afectar tu posición laboral.
Digamos que trabaja como ingeniero y tiene la tarea de elaborar un informe. No importa lo bien que haya hecho su trabajo, si envía un informe que es prácticamente ilegible y mal redactado sin hacer una pausa cada tres oraciones, ¿qué tipo de percepción se desarrollará en la mente de tus superiores? No es tan difícil imaginar que la mala redacción pueda quitarle su reputación.
¿Qué pasa si soy un prospecto al que estás tratando de vender y de hacer negocios? Luego me envías una propuesta por correo electrónico llena de errores. ¿Cómo crees que me sentiré? ¿Me animará a subir a bordo o me ahuyentará?
Revise la ortografía y la redacción para detectar errores obvios. Corrija pacientemente línea por línea y palabra por palabra. Consiga que alguien más lo revise, pues la mente humana, por alguna razón, llega a un punto ciego cuando se enfrenta a errores que ella misma ha creado.
Definitivamente, pídale a otra persona que lo revise si sabe que tiene mal español. La mala escritura hace que la gente inteligente, parezca tonto. La mala escritura desanima a la gente. No lo leen y cualquier mensaje que contenga se perderá.