Por Orlando Pimentel. Este 8 de diciembre el alcalde Manuel Jiménez pronunció un discurso que sobrevivirá a su permanencia física en este mundo. Más que una alocución, fue un poema de esperanza, que sonaba con una exquisita concordia en los oídos de los presentes. La suavidad de su palabra armonizaba con la dócil brisa navideña y la esperanza que sembraba, se reforzaba con los logros de su corta gestión. La recuperación de mercados, cementerios y otros servicios vitales daban en el público la seguridad de que la basura será…
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