
Por: Orlando Pimentel.-
Los cielos se abrieron la noche de este 15 de Abril con el programa «Devocionales con la evangelista Nelly Tavarez», transmitido por tu emisora favorita Semillas de Fe. No fue una noche más. Fue una noche en la que el alma se estremeció, el corazón fue confrontado, el espíritu se llenó de paz.
Con la pasión que la caracteriza y una sensibilidad espiritual que desarma, Nelly Tavarez nos recordó que Dios es Santo, que el acceso a su presencia no depende de nuestros méritos, sino de Su gracia. Un mensaje que sacudió almas: “Esta es una invitación a vivir en gratitud, reconociendo su fidelidad cada día”.
La clave está en Mateo 6:33, como bien lo citó la evangelista: “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia…”. Esa verdad retumbó como campana celestial: si Dios está primero, todo lo demás llega en su tiempo perfecto. El estrés, la ansiedad, la duda… pierden fuerza ante una fe bien posicionada.
Dios no improvisa, afirmó Tavarez. Él abre y cierra puertas con propósito. Nada es casualidad, todo es parte del orden divino. En medio de eso, nuestra tarea es una: confiar. Confiar, aun cuando no entendemos. Confiar, incluso si duele. “Dios se perfecciona en nuestra debilidad”, dijo. Y esa frase cayó como bálsamo sobre corazones cansados.
Hubo un llamado profundo:
A orar sin máscaras. A dejar de correr y detenerse para escuchar. A salir del ruido del mundo y entrar en la intimidad con Dios.
“No estás solo”, repitió. se sintió. Porque en ese momento, muchas lágrimas brotaron, no de tristeza, sino de certeza: Dios está en control. Él conoce tus pensamientos más escondidos, anhela comunión, no religión. Él no quiere rutina, quiere relación. Él no quiere que cumplas, quiere que te entregues.
Cuando el corazón se quebranta, el mensaje se eleva: “El sufrimiento también habla. No estás solo en la batalla. Dios honra la vulnerabilidad.”
La evangelista Nelly no solo predicó, profetizó dirección. Dijo con firmeza que Dios está moviendo fichas importantes para llevar a muchos a otro nivel espiritual. Pero que eso solo se verá si se apagan las voces humanas y se enciende la sensibilidad espiritual.
En un giro brillante, y sin perder la conexión, cerró su participación con una reflexión poderosa:
“Esta noche bendigo tu vida de una manera especial… y mientras dejamos esa lengua para mañana, hoy quiero que medites en esto: no confundas errar con fracasar.”
Errar es humano. Fracasar es rendirse. El error no es señal de derrota, sino de humanidad. Como decía Swami Sivananda, citado durante el programa devocionales: “Hay algo bueno en todos los fracasos aparentes. El tiempo lo revelará.”
Fue un cierre magistral. Con palabras como cuchillos que cortan cadenas: “Fracaso no es fallar. Fracaso es no intentarlo.” “Dios usa incluso el fracaso como plataforma de gloria. “Si estás en las manos del Señor… te irá bien.” Con esa declaración final que encendió a todos los oyentes: “Jesús, el Maestro de las emociones, nos enseña que la serenidad también es fe.”