Seré una regidora contra el sistema.
Por Nicole Peralta.
A veces los viejos mañosos se confunden cuando decimos que los jóvenes odiamos la política y se frotan las manos al ver en esta afirmación una competencia menos para ellos.
Cuando decimos eso, solo usamos una metáfora para decir que odiamos a esos políticos mañosos que tienen secuestradas las aspiraciones.
Los jóvenes estamos contra de ese sistema tramposo que cambia el deber colectivo del cargo por las miserables dadivas.
Los jóvenes debemos cambiar en todo el país unos estercoleros llamados consejos de regidores, los cuales son asociaciones de oportunistas dañinos para los municipios.
Los llamados regidores no fiscalizan los ayuntamientos y se dividen en dos grupos perjudiciales que hacen funciones diferentes y aunque se enfrenten tienen el mismo fin, que es asaltar el presupuesto municipal.
Aunque en todos los ayuntamientos hay una minoría de regidores probos y honestos su voz queda ahogada en medio de la jauría depredadora del bien común.
Un grupo se opone a las iniciativas buenas y malas de las alcaldías con el fin de que le caiga algo de grasa a ellos.
Otros aprueban todo lo que baje de la administración, aunque sea materia fecal para el municipio.
Mientras peor es el regidor más fácil se reelige, porque tiene más dinero para ir a los barrios más vulnerables y comprar el día de las elecciones a cientos de viciosas enfermosas infelices madres solteras que solo esperan el pan de ese día o la cerveza de esa noche.
El pueblo no sabe las funciones de un regidor y no se le puede pedir que la sepa, porque ni los mismos regidores saben cuáles son sus responsabilidades.
Cuando llega un alcalde nuevo contrata nueva compañía recolectora de desperdicios y delegan su función del cobro de arbitrios a compañías ineficientes con el apoyo de unos chupamedias llamados concejales
Las regidoras más populares del municipio presentan como logros los favores individuales que han hecho con el dinero del pueblo a particulares.
Yo como joven y mujer apoyaré a quien esté dispuesto a enfrentar el sistema de dadivas y chantajes y si nadie quiere aceptar el reto, tendré que salir a la calle para arrebatarle a esa camarilla un puesto de regidora que compense la juventud que desea cambios en el ayuntamiento de Santo Domingo Este