Por Orlando Pimentel.
El apoteósico recibimiento de Castillo por parte de los moradores de Los Mina Viejo fue la muestra más grande de aprecio que puede recibir un candidato a cargo electivo.
Mujeres, hombres, ancianos y jóvenes salían de sus hogares a recibir con aclamaciones y amor al humilde precandidato, quien en cada parada agradecía el afecto de cada persona que se le acercaba.
Una doña de unos 65 años que estaba dentro de un local del PRM dijo ¡Mira a Gonzalo Castillo, ay que joven y buen mozo es, ese le va a ganar a Leonel!
Cuando la inmensa multitud había caminado casi un kilómetro cuando Cabrera recibió con un fuerte abrazo al discípulo y Castillo no pudo evitar su emoción y alegría ante ese espectacular apoyo.
Las mujeres gritaban ¡Ese es Cabrera el papá de todos nosotros!
El veterano aspirante a regidor Winston Báez aprovechó ese momento para caminar pegado del diputado Cabrera durante los 400 metros que recorrió el sagaz diputado, ni siquiera una poderosa gorda pudo despegar al hermano, quien no le importó aguantar pisotones y empujones de los fans de Cabrera.
Cabrera percibió que su poderosa personalidad le estaba disputando protagonismo a Castillo y se montó en su vehículo a ver complacido el desfile de más de dos mil personas dándole amor su amigo, hermano y discípulo.
Las hermanas, los hijos de Cabrera se integraron a esa actividad como sí Castillo fuera un miembro de esa familia.
Cuando llegaron a la Trina Moya con la emblemática calle 2, Castillo se fundió en un abrazo con el miembro del Comité Central Frank Fulcar, y ese último exclamó ¡A Castillo y Leonel nadie le gana!
El recibimiento en la calle 2 fue memorable, la gente quería abrazarlo sin dejarlo ir y al llegar al Invi una señora voceo desde su casa ¡Ese es de nosotros!
Al llegar al Boulevard tomó el micrófono emocionado, agradeció a la multitud que lo acompañó y anuncio el cierre de campaña para el domingo 29 en el club Framboyán.