por José Núñez.
Es que el doctor Leonel Fernández Reyna se ha hecho un hombre visionario, no por algo fortuito o por tener buena suerte, ni mucho menos por ser un predestinado, no, nunca fue así, él estudia, también se forma políticamente bajo la tutela y el liderazgo de un maestro de los pies a la cabeza, el profesor Juan Boch, ese que en su vida, además de inculcar conocimientos, enseñaba la ética y la moral que practicó, como algo de primer nivel.
Entonces, la visión de Leonel se cultivó paulatinamente y continúa robusteciéndose en los conocimientos y la experiencia, la cual viene de un proceso lento pero sin pausas, donde se conjugaron las teorías y las prácticas, desde los niveles más primarios hasta los de las máximas jerarquías que puedan existir, tanto en el terreno político como el gerencial, en coyunturas favorables y desfavorables, en otras palabras, la experiencia está blindada.
Es decir, estamos ante un líder que además de ser un visionario actualizado, bien informado, posee un legado en la sociedad que es de data reciente, palpable, y por demás, identificable.
Para corroborar con los planteamientos precedentes en este artículo, vamos a exponer porqué Leonel Fernández es un líder visionario, con un legado que le ha permitido posicionarse en toda América Latina como la principal figura política.
Por lo tanto, vamos a dejar que ustedes identifiquen los principales líderes políticos de América Latina en la actualidad, y entonces verán, que ciertamente, Leonel debe encabezar en buena lis ese escenario.
Veamos ahora la visión de Leonel antes de llegar a ser presidente y también cuando se desenvolvía como el número uno del Estado dominicano.
En la precampaña interna del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en el 1995, su comportamiento fue de un experto sin aún serlo, no confrontó con sus competidores de la casa, todo lo contrario, los elogiaba y respetaba.
Leonel solo se limitó a exponer sus intenciones si llegaba a ser presidente, y por su sobrado talento, se ganó los corazones de sus compañeros y de paso, de una buena parte de la población.
Lo mismo hizo cuando fue electo como el candidato oficial del PLD con casi el 100%, tuvo la visión antes que nadie, de que su espacio para crecer de forma significativa estaba en el sector conservador del reformismo con la gente del doctor Joaquín Balaguer, por lo que nunca lo tocó ni con el pétalo de una rosa, y lo demás es historia.
Ya como el gobernante del país, una de sus primeras y principales acciones fueron, las transformaciones de las oficinas y los servicios públicos, las cuales incluyeron hasta el mismo Palacio Nacional y la forma de proceder y ejecutar el Presupuesto Nacional, lo cual abarcó también, hasta el asignado al Poder Ejecutivo.
Y en la educación, comenzó el primer empuje real y notorio, el que incluyó beneficios económicos sustanciales para los profesores. Hizo hincapié insistentemente sobre la importancia de aprender el idioma inglés, y el que «no lo aprendía no completaba sus niveles de alfabetización», especialmente los más jóvenes.
Qué decirles de su afán por el uso de las computadoras, lo cual obligó a que se generalice su implementación en las oficinas públicas, y le dio impulso al Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL), fortaleciéndole su brazo legal, al cual también sacó del anonimato.
Inyectó recursos económicos como nunca ante se había visto para facilitar becas masivamente a los estudiantes sobresalientes en el país y el extranjero, y en las carreras innovadoras exigidas en la actualidad y para el futuro inmediato.
Las transformaciones viales a través de las modernas, amplias y estratégicas autopistas y avenidas, para garantizar el crecimiento y el futuro desarrollo nacional están ahí, los túneles y elevados fueron otras de las novedades para una eficiente comunicación terrestre, especialmente por la cantidad y la extensión que se ejecutaron de forma eficaz, es decir, haciendo lo que se debía.
Todo eso se consumó con el Metro de Santo Domingo, con el cual quisieron hundirlo, lo criticaron hasta la saciedad todo el mundo, lo editorializaron, incluso hasta los que lo apoyaban, llegó un momento donde admitían que se había equivocado, hoy, oh hipocresías, todos o casi todos, hacen mutis, hasta desde su mismo partido. Eso solo lo hacia y lo hace un visionario, porque estaba consciente que quien iba a ser el gran beneficiado con lo estaba haciendo; su pueblo.
Y la modificación constitucional completa y compacta, de la «A, a la Z»; consensuada y legitimada por la sociedad, por eso estoy entre los que piensan que es la obra más cualitativa de Leonel, la de mayor significación, esa que muchos no quieren ver ni respetar, pero que se debe defender en cualquier terreno y bajo cualquier circunstancia sin importar las coyunturas.
También la apertura del país al exterior, que hasta la oposición criticaba los continuos viajes del presidente Leonel, oh los neófitos que son atrevidos, esa promoción internacional para vender nuestras bondades y captar las fundamentales inversiones externas fueron y son inconmensurables.
En los foros internacionales, por esa apertura que tuvo Leonel Fernández nos ganamos el respeto, y hoy incluso, se cosechan los frutos más que nunca, pero es por lo que sembró y se hizo reconocer al país, por la visión de este joven político para ese entonces.
Ya hoy que el turismo está en su mejor momento, pero ese momento ha sido paso a paso, donde Leonel Fernández es un elemento que jugó posiblemente la mejor baraja en este empuje.
El legado del doctor Fernández está ahí, en sus tres gestiones de gobierno, dos de ellas consecutivas, las del 2004 al 2012, donde la transformación del país en término de progreso nadie la puede negar, el avance significativo es una realidad. Pero es obvio que existen déficits, falencias, somos una nación subdesarrollada, de ingresos medio.
El traspaso de la Banda Presidencial a uno de su partido en el año 2012, al amigo, donde Leonel fue la clave del éxito para Danilo Medina, tanto aportando ideas, recursos, como sumando votos a través de su liderazgo y popularidad, es algo sin comparación en toda nuestra historia republicana.
Eh ahí la visión de un líder con un legado qué mostrar; su obra de tres gobiernos y dejando su Partido con el control del Poder Ejecutivo, el Congresual y el Municipal, es decir, de la administración pública completa.
Para concluir, por eso es que muchos, entre los que nos incluimos, desde hace un tiempo, ya lo consideramos el líder más completo y experimentado de América Latina, el número uno, lo cual es una repetición, porque hace más de un año que lo dije en un artículo que publiqué.