Por Roberto Veras.–
La individualidad es el punto de la independencia de uno solo. Cuando la individualidad de uno está completamente desarrollada, dicho individuo se convierte en un pensador y productor independiente.
No habría sociedad si no hubiera personas hablando entre sí, actuando e interactuando, cooperando entre sí. Pero cómo comportarse en la propia sociedad o qué está bien y qué está mal, todas estas cosas, uno tiene que aprender.
Los pensadores independientes son personas que piensan por delante de sus sociedades y ven por delante de su época. Son custodios de nuevas ideas, conocimientos, revelaciones, creaciones, invenciones, innovaciones y descubrimientos necesarios tanto en su tiempo presente como en el futuro.
La idea de sociedad implica un proceso mutuo de dar y recibir por parte de los individuos involucrados, ya sea en forma de miradas mutuas, agitar las manos, saludos, apretones de manos, conversación o las formas más sutiles de dar y recibir, hablar por teléfono, enviar correos electrónicos, charlar en Internet y participar en asuntos públicos.
Los pensadores independientes piensan independientemente de las posiciones tanto sociales como religiosas, de hecho, son proveedores de nuevas direcciones para su generación, son pioneros, constructores de caminos.
Cada sociedad tiene su propio conjunto especial de reglas, sus propias costumbres y tradiciones, su propio conjunto de valores y creencias, y cada uno debe enseñar a sus miembros a encajar en la sociedad.
Para concluir, se puede afirmar que la relación entre sociedad e individuo es bilateral, ambos van de la mano, cada uno depende esencialmente del otro, pero son independientes entre sí.