FUNCOEAYUBA celebra encuentro navideño con integrantes

En una noche impregnada de luz y esperanza, la Fundación Educativa Ayudando Mi Barrio Los Mina (FUNCOEAYUBA) celebró un encuentro especial con sus integrantes, envolviendo el aire con el calor humano que solo la solidaridad puede generar.

Fue una velada donde los corazones latieron al unísono, bajo el techo acogedor del restaurante “Carnocho”, ubicado en la Autopista de San Isidro, en Santo Domingo Este.

La noche comenzó con el brillo de las luces urbanas reflejándose en los rostros de quienes llegaban al lugar. Las risas y los saludos resonaban como un canto de unidad. Entre los asistentes, destacaba la presencia del presidente de la Junta de Vecinos “Haciendo Camino por Katanga”, Tony Pérez, cuya energía y compromiso fueron palpables desde el inicio.

La Dra. Lidia Salaz, presidenta de FUNCOEAYUBA, abrió la reunión con palabras que penetraron las almas de los presentes. “La Navidad es más que una fecha, es una ocasión para compartir y para construir lazos que trasciendan,” declaró con una voz que irradiaba pasión y determinación. Sus palabras no solo fueron un recordatorio del propósito del evento, sino también un llamado a la acción para todos los que sueñan con un futuro mejor.

El momento más emotivo llegó cuando Carmen García, vicepresidenta de la fundacion, tomó la palabra. Con la serenidad que caracteriza a los líderes genuinos, expresó: “No hay mayor regalo que ver a nuestra gente unida, compartiendo un sueño común de progreso y solidaridad. Hoy no solo celebramos la Navidad, celebramos la fuerza de nuestra unión.” Sus palabras resonaron como un himno de esperanza.

Tony Pérez, aportando su particular carisma, agradeció la oportunidad de formar parte de este encuentro, destacando que “es en estos momentos donde recordamos que no estamos solos y que unidos podemos hacer camino, como bien lo dice nuestro nombre”. Su mensaje encapsuló el espíritu colectivo que animó la noche.

La cena fue un festín para el alma y el paladar, acompañada de música que invitaba a soñar y a celebrar. La magia de las historias compartidas entrelazó las vidas de los presentes, quienes se despidieron con un renovado compromiso de trabajar juntos por un barrio más fuerte y unido.

Al final de la noche, mientras los asistentes se marchaban, quedó en el aire una sensación de plenitud y gratitud. La esencia de la Navidad había brillado con intensidad, recordándoles a todos que el verdadero milagro de estas fechas, radica en el acto de dar y en la certeza de que juntos, todo es posible.

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