Por Roberto Veras.-
Con mayores responsabilidades vienen mayores preocupaciones y un mayor estrés. Cuando asume una posición de liderazgo, todas tus decisiones tienen consecuencias de gran alcance e impactan a un gran número de personas.
El sentimiento de ser responsable de muchas malas decisiones, como tratar de imponer la reelección, impunidad para mis colaboradores y elegir entre opciones que no siempre son las mejores, lleva a los líderes a caer en la trampa del estrés del poder.
Cuanto más alto vayas en la jerarquía gubernamental, más dolorosas son las caídas, ya que no hay compañeros de pensamiento para discutir tus decisiones o tus próximos movimientos. Ser responsable de los eventos que están fuera de tu control también aumenta tus niveles de estrés.
Justo cuando las masas te rechazan y te quitan del poder, es lo peor que le puede pasar a un líder, te enfrentas al síndrome de sacrificio, que casi inmediatamente sigue al estrés de poder.
El síndrome de sacrificio es el camino más corto para que un ejecutivo presidencial alcance el agotamiento. La acumulación constante de estrés y fatiga absorbe toda la energía positiva del ejecutivo y le quita su eficiencia. ¿Para qué? Visitas sorpresas, planes sociales. Es muy tarde para ablandar habichuelas, eso dijo un candidato a la presidencia.
Tan fácil que es ingresar al síndrome de sacrificio, es difícil salir de él simplemente porque la mayoría de las personas que lo rodean lo toleran e incluso lo alientan y luego lo dejan solo.
Como comunicador, a menudo me encuentro con líderes que se encuentran atrapados dentro de ese síndrome. Antes de darles mis consejos, me aseguro de que entiendan que todos mis consejos se reducirían a nada si no trabajan para lograr entender lo que se ha hecho mal.
Mi primer consejo es practicar la atención plena en su forma más verdadera. Necesitas escuchar tu corazón, cuerpo y mente. Si bien no puede esperar desarrollar este hábito de la noche a la mañana, una vez que domine esto, sería de gran ayuda para volver a poner en orden tu vida política.
La otra cosa que debes hacer es creer que algo bueno y positivo está a la vuelta de la esquina después de perder el poder. Es lo que te daría la fuerza para seguir adelante.
Has trabajado para llegar a esta posición con tu trabajo duro y con quitar de tu lado a quien te hace sombra. Eres tú quien tiene que comenzar el cambio. No esperes a que sucedan cosas; Este es el momento de ser el líder que eres.
Las personas pueden olvidar lo que escuchan, pero recordarán lo que ven.
Es por eso que alguien dijo una vez: «El orador más efectivo es alguien que puede hacer que la gente vea con sus oídos». La palabra bien elegida tiene la capacidad de crear una imagen mental vívida e inolvidable, pues eres el responsable de todas tus decisiones.