Por Roberto Veras.
Hemos estado escribiendo toda esta semana del Drenaje Pluvial y las aguas residuales, cabe destacar que con este último artículo sobre la filtración de agua potable, terminamos este siclo de investigaciones sobre estas responsabilidades que tienen las ciudades del mundo.
Los sistemas de filtración de agua existen desde hace muchos años. Incluso personas de hace varios siglos se dieron cuenta de la necesidad de agua pública limpia y segura y comenzaron a exigirla a sus líderes.
Esta demanda se basó en un concepto del período de la Ilustración según el cual las personas tenían ciertos derechos naturales, como el derecho a beber y bañarse en agua limpia.
Los filósofos de la época pasaron horas reflexionando sobre este tema, y el consenso general fue que la gente tenía razón en sus expectativas. Como resultado, se introdujeron diferentes métodos de purificación de agua.
En 1804, el primer sistema de filtrado de agua para toda la ciudad comenzó a funcionar en Escocia, y la idea se extendió desde allí. En la era moderna, todos hemos llegado a esperar que los sistemas de filtración de agua municipal sean uno de nuestros derechos inalienables.
Las instalaciones de agua municipales se hicieron populares debido al aumento de las tecnologías y la mayor conciencia de que beber agua no saludable podría provocar epidemias y una crisis de salud pública.
El cloro se introdujo por primera vez en el agua potable durante una epidemia de cólera y demostró ser un agente purificador invaluable. Aproximadamente el 98% de todas las instalaciones de tratamiento de agua potable ahora usan cloro para desinfectar su agua, lo que se traduce en el hecho de que más de 700 millones de personas ahora reciben agua potable clorada de sus grifos.
Las estadísticas de salud han demostrado a lo largo de los años que las técnicas de filtración y desinfección del agua han llevado a una población mucho más saludable en las áreas donde se practica. Desafortunadamente, todavía hay áreas en el mundo sin sistemas de agua municipales donde las personas aún se enferman y mueren a causa del agua contaminada.
Lo más probable es que este fenómeno sea solo el resultado de que el mundo está más poblado que en cualquier otro momento del pasado. El desafío ahora es tomar en serio el control de la cantidad de contaminantes que continúa vertiéndose en nuestras vías fluviales a través de los pozos filtrantes usados para canalizar las aguas residuales.