Por José Núñez .
Ciertamente, las elecciones primarias en los partidos políticos van a ser abiertas o en la modalidad que ellos decidan, por cierto, la Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos es muy sui generis, ya que el mandato que da la misma, es que los involucrados en el sistema sean ellos que al fin y al cabo deciden sus métodos de escogencia.
Por supuesto, cada organización o agrupación se ajustará a sus mejores intereses o, al de las mayorías coyunturales, las cuales casi siempre no son justas, ni equilibradas, mucho menos actúan con visión de futuro al momento de sugerir leyes que sean para sus propios funcionamientos y su estabilidad institucional.
Independientemente de que en las elecciones primarias abiertas para escoger los candidatos en los partidos, van a votar todos los empadronados en la Junta Central Electoral que no estén en los listados de otras organizaciones, pero en las competencias internas, generalmente tienden a darse realidades antes del proceso, donde algunos de éstos (los aspirantes), por las razones que sean, sacan las cabezas y se posicionan muy por delante de sus compañeros, lo que provoca que quede delatado como está o va el potencial ganador.
Y precisamente es lo que está sucediendo actualmente en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Esta organización se debate en una incertidumbre entre sus dirigentes, ya que el posicionamiento electoral de Leonel es hoy por hoy, además de impresionante, envidiable, en el primer lugar en todos los escenarios, pero la valoración en las gestiones corridas de Danilo, que van rumbo a los siete años, también es buena; de ahí, de estas dos realidades, viene lo que está poniendo la organización en jaque mate.
Es que no importa lo que digan muchos, porque hasta en la biblia se dice, que si te dan una galleta ponga la otra mejilla, pero no plantea nada de una tercera, y ya al leonelismo se le dio una galleta con el caso de Doña Margarita Cedeño de Fernández en el 2012, a quien forzosamente la hicieron renunciar a unas aspiraciones internas que ella podía ganar.
También en el 2016, con la reforma constitucional, el afectado principal en sus aspiraciones fue Leonel, es decir, esta segunda vez, el propio líder del PLD puso la mejilla, ¿y entonces, van a aguantar un tercer golpe?, no creo que haya la actitud entre el propio doctor Fernández y sus seguidores soportar una tercera bofetada.
No es por causalidad la consigna de que bajo cualquier circunstancia, «no hay marcha atrás», es que no la puede haber, so pena de que Leonel ya quiera salir expulsado de la selva política criolla tal cual cualquier ruin, y esa no ha sido ni es la característica de un gladiador que está invicto y frente a unos competidores, tanto internos como externos, muy aguerridos.
Es que no amerita discusión, que de intentar Danilo repostularse modificando la Constitución o por cualquier otra vía que pueda parecer legal, es para ponerle el segundo freno corrido a las aspiraciones de Leonel, el cual cabalga hoy prácticamente solo en el partido morado, porque en honor a la pura verdad, los demás precandidatos, si usan el sentido común, lo que deben es comenzar a hacer filas para renunciar, el pueblo por ahora, lo está ignorando.
Entonces, la realidad es que el PLD vive hoy el escenario de un precandidato muy bien posicionado, el puntero, entre el 45 y el 51% de popularidad, frente a un mandatario que con un bateo y corrido de dos gestiones presidenciales, está siendo bien ponderado, por encima del 50%.
Aunque el meollo del asunto está en que la reelección está prohibida constitucionalmente, y los danilistas en público y en privado no ceden con sus pretensiones de seguir, alimentado por que el primer mandatario no ha expresado lo que dice la ley suprema del país en su artículo No.124.
Lo que planteó Danilo Medina en meses atrás con relación a su relección por una pregunta hecha por una comunicadora, fue que en marzo de este año se referiría al tema, pero ya algunos dicen, no, él lo hará en junio de 2019, ¿y entonces?
Muchos piensan que por nuestra cultura presidencialista Danilo no debe ni puede decir por ahora, que él no está aspirando otra vez a reelegirse modificando la ley de leyes.
En ese orden de ideas, algunos apuestan al sentido común de Danilo, a su experiencia y a su condición de demócrata, por lo que entienden, que al sentirse muy pesado volver a torcerle un brazo a la Constitución para él mismo favorecerse y a la vez romper a Leonel, y donde las condiciones del momento en su generalidad no están todas a favor del primer mandatario, plantean, él no va a otra reelección presidencial.
Además, con un precandidato con el prestigio internacional y el posicionamiento electoral de Leonel, todo apunta a una ruptura en el PLD, si se materializa lo que algunos no creen que hará el licenciado Medina, aspirar nuevamente modificando la Constitución.
Por todo lo expuesto anteriormente, volvemos a ratificar, que entre el buen posicionamiento y de primer lugar en la precandidatura de Leonel, con una valoración positiva en la gestión de Danilo, el PLD es el partido a vencer para las elecciones del 2020.
Pero también, si persiste y triunfa la reelección, la cual posee más de un 70% de rechazo en la población, el PLD estaría frente a una potencial división que lo llevaría a salir del poder con sus consiguientes e inevitables consecuencias para los hombres y mujeres que han controlado el erario en los últimos dos períodos gubernamentales.