Por José Núñez.
A propósito de las últimas encuestas dadas a conocer en el presente mes de julio, hasta el más desconocedor o también el más fanatizado o prejuiciado políticamente hablando, va a observar, que el posicionamiento en el segundo lugar donde generalmente aparece Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM), están muy bien, yo diría que excelentes, son cifras que rondan el 40% de popularidad.
Todo viene a colación, como resultado del potencial choque de trenes que se preveía entre Leonel Fernández y Danilo Medina, donde existe uno de ellos habilitado constitucionalmente para aspirar a la Presidencia, y el otro no, y el que tiene el impedimento legal, es precisamente quien ostenta la Primera Magistratura del Estado, el licenciado Medina, pero que ya el lunes 22 de julio ratificó que no iba a aspirar a reelegirse como presidente.
Esta situación que se estaba viviendo en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), era inocultable para todo el mundo, evidenciando que ha causado reducción en la imagen de la organización y el gobierno frente a los votantes y el país en sentido general, la cual se vio acentuada, porque éste se fundó y desarrollo en base a la organización, la disciplina y el respeto a sus métodos de trabajo.
Era que en el PLD, donde las cosas contradictorias, los intereses encontrados, se resolvían internamente y con toda la caballerosidad y ética posible, parecía algo no común en la cultura de las instituciones nacionales. Ahora nos brindaron este deprimente espectáculo, donde su máximo organismo operativo (el Comité Político), quedó sin capacidad de poder encarar y resolver los conflictos entre las partes; porque ellos también eran o son parte de los mismos.
Si no fuera por las bases del PLD, esa organización hoy ya se podría dar como un hecho que no retuviera el Poder de controlar el Estado a partir del año 2020, se quedarían controlando algunas que otras senadurías, alcaldías, diputaciones y regidurías, aunque fuese inminente su salida de administrar las cosas públicas.
Ahora bien, al existir más de 7,300 aspirantes peledeístas de las bases en su gran mayoría, convertidos en precandidatos detrás de las 4,132 posiciones electivas a nivel nacional, esta situación ha provocando la presencia masiva, activa y numerosa del PLD en las calles, callejones, donde quiera que hayan personas, activando los interesados de sus proyectos políticos, y por consecuencia, empujando y fortaleciendo en todo el país y el exterior las simpatías del gobierno y del partido en el poder.
Es que los fuertes enfrentamientos en sentido general, entre los altos dirigentes danilistas y leonelistas no llegaron a permear mucho a las bases moradas, lo que permitió que las mismas se mantengan activas y con el mínimo de choques posibles, ya que aunque están atentas y militando en lo que acontece, siguen muy pendientes y enfocadas en sus proyectos políticos personales de cara al 2020.
Entonces, es de justicia reconocer, que si no hubiese sido por estas estructuras de bases, donde el PLD por estar peleándose inexplicablemente en las máximas alturas jerárquicas, después de ellos mismos haber consensuado casi todo en el año 2015 para gobernar el país sin mayores sobresaltos más allá del 2020, por estar con sus mezquinos intereses, descuidaron el trabajo en las comunidades y con la gente, al mismo tiempo que estaban contribuyendo con el deterioro progresivo de la imagen del gobierno y de su partido.
Obviamente, hay que reconocer, que aunque todo no andaba perfecto en el gobierno ni en el partido, lo que luego cubrió al país, ya que se crearon muchas incertidumbres entre las partes en conflictos, aunque el presidente Danilo Medina nunca descuidó ni por un segundo sus funciones y continuó al mismo ritmo y acelerando donde se podía, de ahí que la economía se mantuvo y mantiene creciendo con estabilidad. Esa es la verdad «monda y lironda».
Y nunca se puede ignorar, que si la economía no funciona con estabilidad en un país democrático, se le hace una tarea muy difícil mantenerse en el poder.
Pero también, fueron las salvadoras bases del PLD otra vez, las que dieron las caras, son las que cargaron con el trabajo pesado, duro; lástima que a la hora de repartir los puestos de la administración pública en el Estado al ganar las elecciones, la tendencia es a minimizarlas, no a reconocer en su justa dimensión lo determinante de sus labores con las masas en pro del partido y el gobierno.
Ojalá que al sortear lo más complicado de esta difícil situación, como ya parece, y si llegan a quedarse gobernando, mañana sean reconocidas las salvadoras bases del PLD, para que no se repitan las ingratas historias de los descuidos a éstas, o lo que ha sido lo normal, lo generalizado; subestimarlas, minimizarlas y hasta ignorarlas a la hora de hacer los decretos y de ser recibidas o escuchadas por los altos funcionarios públicos.