Cuidadito en el PLD…

Por José Núñez      

                     

Nos dice el que más sabe por ser viejo que por ser pueblo, es decir, la sabiduría del refranero popular, que «las cosas generalmente no se hacen cuando se quiere, sino cuando se puede».

Lo expuesto en el párrafo anterior, se puede decir, que les cae como la uña al dedo en el caso de Danilo y Leonel, porque ellos tenían o tienen cada cual sus rutas trazadas con relación al próximo certamen electoral, y con plena conciencia de los pasos que deben ir ejecutando.

Es que son dos linces de la política criolla, y por cierto, los discípulos más aventajados del mismo maestro, el profesor Juan Bosch.

Danilo Medina y Leonel Fernández son los políticos más experimentados del país a nivel gubernamental, del primer nivel, y también están entre los de más vetusta carrera práctica en este conflictivo mundo de los intereses políticos local e internacional.

Y por supuesto, con sus liderazgos y su inevitable formación pequeña burguesa profesional a cuesta, entre ambos arropados en su primacía con Poder a nivel nacional, con unos éxitos políticos que pueden marear al más humilde de los humanos vivos, por lo cual es obvio que su planificación política cuando es enturbiada por la causa que sea, les afecta sus egos.

Pero al ser los intereses políticos «a según», y las situaciones sociales tan cambiantes y resbaladizas, también se pueden tornar bullosas y conflictivas, de ahí que las cosas no siempre van a ser como se calculan o se esperaban, por lo tanto, independientemente de sus poderes y liderazgos indiscutibles, la realidad les puede hacer torcer el rumbo.

Incluso hasta los indomables ríos y océanos en un momento determinado, situaciones naturales y humanas, pueden hacerles cambiar hasta sus cauces, entonces, con más razones puede suceder cuando se trata con asuntos sociales o de la población.

De ahí, que tanto Leonel como Danilo, su gente, los colaboradores, sus líderes más cercanos y no tan cercanos, los que se mueven por intereses, en fin de todo tipo y clase de personas, tal cual un arroyo que viene acarreando aguas por encima de la capacidad de evitar salir de sus cauces, se les ha presentado un imperativo, por lo cual deberían readecuar sus agendas, porque han entrado elementos al escenario que no se esperaban.

Dos muestras fehacientes e irrebatibles de que las cosas no son como uno quiere sino como dicta la realidad, es que Danilo Medina dijo con toda la firmeza en meses anteriores, que en marzo iba a informar la decisión que ya tenía tomada sobre si iba por una segunda relección, y resulta que el anuncio que hizo y que podía hasta retrasar o postergar, ahora todo luce indicar, que hay que apurar el paso al respecto.

Por el lado de Leonel             Fernández, ya ha movido en tres ocasiones el mitin que se  proyecta como el más masivo nunca antes realizado en el país en una fecha preelectoral, a más de un año de dicho certamen político.

Pero resulta que el discurso que parecía muy fuerte en contra de la segunda reelección de Danilo Medina, la cual fue jurada en más de tres escenarios formales a no ejecutarse por el mismísimo Presidente, y a juzgar por lo que se está viendo últimamente, no eran tan fuertes nada esos planteamientos anti reeleccionistas, sino que fueron y son de prevención, y hoy los que enfrentaron esos discursos, «los imparciales», simplemente se harán los sordos o tontos.

Aunque ahí están las redes sociales, con todas las cosas de voz y datas gravadas, o sea, podemos servir de jurados si así quisiéramos, ya que se tienen los elementos de pruebas al alcance de cualquier interesado, prácticamente en nuestras manos.

Una humilde advertencia tanto para Danilo como para Leonel, cada cual que la tome según su grado de responsabilidad tanto en el Estado como con el PLD. Es hora de que ambos dejen las caritas y los orgullos pequeños burgueses, deben asumir el compromiso del Maestro, de su líder, sí de Juan Bosch y Gaviño, deben recordar que las coyunturas los han puesto en el ojo del huracán.

Por lo cual, si no paran una guerra pública entre sus seguidores, cuando quieran enderezar la manada, podría ser muy tarde o dejar con cuerda y dolidos a muchos que solo lo resolverían en las urnas, el día de las votaciones, tal cual se la hicieron al que se lo buscó y se la ganó con el conocido davidaso, sí, el que le dieron a Roberto Salcedo en la alcaldía de la capital.

Ya este tema no solo está entre los dos líderes que disimulan muy bien sus situaciones, es que la bola ha pasado a la cancha de los peones, y aunque aparenta que ya Danilo y Leonel no valoran su hermandad de décadas, pero está el compromiso con la historia.

O resuelven, lo que debe ser casi ya, o terminarán como enanos. No permitan que se repitan los escenarios políticos de sus vecinos latinoamericanos en la República Dominicana.

¡Entonces, es hora de actuar como se debe, no como se quería!

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