Por: José Nuñez
Necesariamente, un artículo con este título debe puntualizar en su introducción, que si la nueva repostulación del presidente Danilo Medina no estuviese todas las posibilidades de ganar, cualquier otro proyecto que se implemente en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), no tendría muchas garantías de éxitos o le sería muy difícil salir victorioso.
En otras palabras, lo que estamos diciendo es que en la cultura política dominicana, el presidente de turno es una variable de vida o muerte con respecto a la actitud de apoyo que asuma frente al candidato de su partido, donde dos de los ejemplos más contundentes en los últimos 36 años, es el caso de la candidatura presidencial de Jacobo Majluta, que se veía con todas las oportunidades de ganar frente a Joaquín Balaguer en el 1986, cuando el PRD y Salvador Jorge Blanco gobernaban la Nación, pero éste lo dejó solo.
Mientras que por el lado del PLD sucedió lo opuesto para el año 2012, Leonel Fernández con el control total del poder, hizo lo indecible e increíble, el resultado; ganaron Danilo Medina con los peledeistas y sus aliados.
Aquí intervienen dos elementos sine qua non para una organización política gobernante mantenerse en el poder, el primero; el gobierno tiene que realizar una gestión que esté valorada desde aceptable, buena, hasta lo ideal; muy buena, el segundo factor; que su apoyo sea total al candidato de su partido.
Visto lo determinante de la figura presidencial para mantenerse en la cumbre del poder en nuestro país, especialmente con el caso del candidato por el partido oficial, pasemos ahora a la situación en perspectivas de la candidatura del doctor Fernández.
Dijimos en perspectivas, porque si las elecciones para escoger el candidato presidencial por el PLD fueran hoy, nadie discute que sería Leonel Fernández el favorecido.
Pero en este escenario electoral del PLD existen varias aristas que vale la pena por lo menos observar, para que sirvan a los interesados antes dé, lo que podría evitar lamentos o quejas innecesarias, es decir, se está en un tiempo oportuno para enderezar y aclarar las cosas de buena forma, por lo que nunca deben descuidar su unidad interna aún hayan matices de hipocresías, ya que en definitiva el gran beneficiado será el pueblo dominicano.
Lo de ayer, el tema de la reelección del 2016, salió a pedir de boca, no importó que muchos quisieran y hasta pidieran sangre, se impuso la prudencia ligada a la experiencia de un liderazgo consciente, pero en definitiva los forcejeos fueron favorables, ya que por un lado se ganó o se logró lo principal, mantenerse en el poder, y por el otro lado, para el 2020, lo más importante, al que arrinconaron, hoy se ve como un exceso repetir las acciones en pro de algo prohibido por la Constitución (ya que ayer estaba), aunque tampoco se la tolerarían y entraría el Leviatán entre los morados.
Entonces, los temores que parecen entender justificados por su accionar muchos autores que hoy representan el poder, frente a éstos está la garantía del hombre que nunca ha actuado con venganzas ni retaliaciones cuando ha controlado el erario, y es tan así, que no tiene importancia citar los ejemplos, existen demasiados, y por demás, bastante conocidos por todos.
Y como todo viene afianzándose de forma notoria, porque anteriormente no había en realidad estructura interna en apoyo a Leonel Fernández, lo hacían como partido, por admiración a un joven político brillante, carismático, repito, a lo interno del PLD, lo que simpatizaban con él tenían muy poca coordinación como equipo o grupo, los veían y los ven como el líder del PLD, pero ahora no, ya están al tanto de la importancia de nuclearse en un partido masificado, lo han entendido con tiempo, eso es lo que se delata.
Es decir, esa estructura se está organizando y en crecimiento, se ha convertido en un sentimiento que supera incluso en su convicción a lo que fue el grupo que respondía al doctor Jaime David Fernández Mirabal, y ni hablar del que responde al presidente Danilo Medina, que hasta juramentaban muchos de sus adeptos.
Al existir sentimientos encontrados de muchos lados, entre otras cizañas típicas de la política criolla, a los que se sienten pisoteados y los quieren seguir golpeando políticamente, casi siempre toman la decisión de que «o todos toros o todos vacas», y en estas circunstancias, si se pierde el poder, las presiones y los ataques hasta de querer judicializar gentes no es principalmente contra los del expresidente Fernández.
Por eso no hay que olvidar que «Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo», tal cual escribió el filósofo y ensayista español José Ortega y Gasset, en su obra titulada, Meditaciones del Quijote.
También el doctor Joaquín Balaguer frente a la derrota electoral en el 1978, le dijo a sus seguidores, copiando a la Sultana Aixa, cuando le manifestó a su hijo, el Rey, el último Sultán, Boabdil, ante la pérdida de Granada en enero del 1492, «No llores como mujer lo que no supiste defender como hombre».
En este escenario se impone la cercanía de los dos liderazgos, como decía e imploró en innúmeras ocasiones el doctor Marino Vinicio Castillo (Vincho), en los tiempos de cuando era un aliado firme del PLD y sus gobiernos, y ya hoy hasta «los chinos de Bonao» ven esa unidad como un imperativo, dicen muchos que es una necesidad por el bien del país y su partido, principalmente, porque al mismo sistema de partidos políticos les favorece que la obra cumbre de Juan Bosch siga unida.
Por lo tanto, un encuentro de unificación de criterios de los dos líderes principales del peledeísmo, va a provocar lo correcto, y de ahí surge o debe salir lo natural; la candidatura presidencial de Leonel Fernández para el año 2020, con el espacio necesario y más que suficiente para el blindaje del liderazgo del presidente Danilo Medina y comparte.
En consecuencias, este tema vuelve a su origen, «poniendo los puntos sobre las íes»; el destino del PLD para la próxima década y cuidado, está exclusivamente en manos del licenciado Danilo Medina Sánchez y el doctor Leonel Fernández Reyna.