Por Roberto Veras.
Santo Domingo Este,-En la actualidad, el delito se ha convertido en una parte integral de nuestras vidas en el sentido de que todos estamos muy acostumbrados a él simplemente porque escuchamos o enfrentamos el crimen cada día.
En la sociedad que vivimos hoy, los medios de comunicación tienen tanta influencia que no es un gran problema cuando nos despertamos por la mañana agarramos un periódico y leemos acerca de un asesinato brutal cuya historia es intencionalmente puesta en el periódico por la única razón de llamar la atención del lector.
Finalmente, por la noche, encontramos tiempo para relajarnos y ver una película con contenido criminal, que ofrece una historia vívida y emocionante de un asesino sádico enfurecido que mata a personas inocentes.
Este es un día típico que una persona pasa en el mundo de hoy y no puede sino influir en sus actitudes y percepciones sociales. Al vivir en una sociedad como esta, la gente se desensibiliza y cuando se informa de un nuevo asesinato brutal en la televisión o en la prensa sensacionalista, no mucha gente presta atención.
La violencia y la agresión expresadas en las películas hacen su trabajo y las situaciones de la vida real ya no asustan a la gente. Sin embargo, hay un campo en la criminología que siempre atrae mi atención y es la delincuencia y los crímenes cometidos por niños y adolescentes.
Uno simplemente no puede ignorar un fenómeno tan inquietante simplemente porque los crímenes cometidos por niños van desde pequeños robos hasta brutales asesinatos claramente planificados que hacen que la gente se detenga y piense en el mundo y su futuro.
También me he preguntado a dónde va este mundo dado el hecho de que tenemos asesinos de 15 años cuyas acciones superan los crímenes cometidos por sus contrapartes mayores en términos de brutalidad.
El crimen juvenil y la delincuencia se han convertido en un tema muy vital en la sociedad en este momento, es bueno recordar que en tiempos anteriores no había tantos crímenes, pues se evitaban con la corrección de un simple chancletazo.
Oficialmente, un delito juvenil es cualquier delito cometido por niños o adolescentes menores de 18 años. Estos delitos se denominan legalmente en el grado de delincuencia y se considerarían delitos graves, si fueran cometidos por adultos. El crimen juvenil es tan abrumador hoy que no se puede sobreestimar la importancia de este tema.