Un domingo con sabor a recuerdos y sonidos eternos desde TropicalNewYork.net»

Por Orlando Pimentel

Este domingo 6 de abril, mientras el sol se filtraba con suavidad por la ventana y mis dedos jugaban con la edición de unas fotos, ocurrió algo que solo se puede describir como un encantamiento sonoro: El Conciertazo del Domingo empezó a brotar en tropicalNewyork.net, llenando el ambiente con una energía que solo la buena música puede invocar.

Justo en ese instante, llegaron Pedro y Carlo, dos cómplices del alma, con esa chispa en la mirada que solo traen los amigos de verdad. Venían de paso, según ellos, pero bastó escuchar un par de canciones para que olvidáramos el reloj y nos rindiéramos a la magia del momento.

Sin dejar de comentar la calidad de la programación, destapamos una botella de whisky como quien abre un portal a las historias del ayer y nos dejamos llevar por los recuerdos.

Hablamos de aquellas chicas que nos robaron el sueño en otros tiempos, de las travesuras que la vida nos permitió sin pedir permiso, de cómo el tiempo, al parecer, también tiene sus canciones favoritas.

 Como si el universo supiera que estábamos viviendo una escena que merecía más sabor, llegó Joel, el alma alegre del grupo, con su carcajada fácil y su don para convertir cualquier tarde en fiesta. Su llegada fue como el último acorde perfecto de una canción inolvidable. Se sentó, alzó su vaso, y simplemente dijo:

¡Pero qué bendición de música, muchachos!

Las fotos quedaron a medio editar, sí. Pero ganamos algo mejor: una tarde bordada de nostalgia, carcajadas y una banda sonora que parecía hecha a medida para nosotros. Porque cuando la programación es buena, uno no tiene que hacer nada más que dejarse llevar.

Mis amigos, poco dados a los halagos, no paraban de expresar lo extraordinaria que era esta selección musical. Cada canción era como una llave maestra que abría una puerta a otro tiempo. Así, sin darnos cuenta, el domingo se convirtió en un capítulo dorado de nuestras memorias.

Porque hay domingos que se van como llegaron… y hay otros —como este— que se quedan viviendo para siempre en el corazón, gracias a la magia radial de El Conciertazo del Domingo en tropicalnewyork.net.

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