Por Roberto Veras.
Hubo un momento en mi vida en el que no creí que valiera nada y durante mucho tiempo me sentí feo, inútil y sin valor. Como resultado, me mantuve cerrado en una capa protectora. No vivía ni estaba muerto. Estaba en un punto intermedio.
Como hijo adoptivo de mi abuela no era ni el mayor ni el menor, así que no sabía cuál era mi lugar dentro de mi familia o en el mundo, ya que no era el niño estimado, ni tampoco el bebé lindo, como mis hermanos tenían ese título.
Encontré consuelo en la escuela y mi amor por la lectura y las artes, aprendido por un amigo de la infancia. No sabía que mi amor por la lectura daría frutos en mis años adultos, pero desde que era niño no tenía la capacidad de ver eso.
Avance rápido a mis años adultos.
Mientras comencé a tener más confianza en mí mismo desde una perspectiva externa, en el interior todavía me sentía feo, inseguro y con la sensación de no tener nada con qué contribuir a la sociedad.
Me estaba castigando tanto que, aunque había creado un negocio de hacer letreros y un taller de soldadura todavía no creía que valiera la pena tener algo bueno.
Empecé a escribir y fue difícil para mí aceptar que las personas encontraran valor en lo que estaba ofreciendo. Incluso cuando vi a otros retuitear mi trabajo o volver a publicar en Facebook, me resultó difícil creer que otros encontrarán valor en mi trabajo.
Todavía no creía en mí mismo. Mi profundo odio me impedía creer que tenía valor, independientemente de la cantidad de evidencia que se pusiera delante de mí como prueba.
Todas esas creencias negativas, todas son mentiras. Mentiras que otros le contaron sobre usted, mentiras que usted recogió de los medios, de la escuela, de los niños populares y tal vez incluso de su religión. Toda una bolsa de mentiras.
Alguien a quien confió y quiero mucho me ha retirado su confianza sin motivo aparente y lo único que impide que mi vida sea un éxito son las mentiras que se acumulan en su mente acerca de mi valía y mi capacidad para contribuir con algo valioso para ella.
Usted tiene el poder de cambiar vidas, comenzando con su vida. Sin embargo, no lo creerás si aún te encuentras en un entorno que respalda las mentiras que tienes en mente.
Deja de creer las mentiras en tu cabeza y tu entorno externo comenzará a cambiar para que coincida con tus nuevas creencias.Muchas veces queremos que nuestro entorno externo cambie para que nuestro mundo interior tenga paz, sin embargo, es al revés. Cambia tu forma de pensar y dejarás de sentirte atraído por las cosas externas que apoyan las mentiras y el caos en tu mente.
¿Cuál es la verdad que contrarrestará esas mentiras? Cualquier cosa en tu mente que te diga algo negativo acerca de ti, ¡ahí lo tienes, las mentiras! Comience a decirse todo lo contrario y allí tendrá la verdad. A medida que comiences a liberar esas creencias negativas, verás cómo tu vida se funde en un lugar hermoso y brillante en el que vivir.