Por Orlando Pimentel
Cada jueves, el reloj parece retroceder, el alma se siente como si hubiera encontrado un puente hacia el pasado. Así es como TropicalNewYork.net nos invita a vivir una experiencia única a través de su programa jueves de TBT: los son Jueves de Oro, Baladas del Pasado. En el aire, se escuchan esas melodías que, aunque el tiempo haya intentado borrar, siguen vivas, vibrando en cada rincón de nuestro ser.
Es la magia de la música, esa que no solo se escucha, sino que se siente. Manny Valenzuela, con su voz cálida y su presencia impecable, nos guía en este recorrido nostálgico, como quien acompaña a un amigo por un camino lleno de recuerdos.
Cada palabra que pronuncia es un susurro que nos conecta con la esencia de aquellos momentos de oro que no se olvidan. Y cada canción que nos regala es una historia que renace en nuestros corazones.
El jueves de TBT no es solo un programa de radio. Es un espacio donde el tiempo se detiene, donde los recuerdos vuelven a la vida, por un instante, volvemos a ser quienes éramos en esos días que nos dejaron huella. Es un tributo a la belleza de las baladas que se convirtieron en el refugio de nuestros sueños, de nuestras emociones y de nuestras luchas. En esos compases, la vida parece seguir un ritmo perfecto.
Durante la transmisión, los radioescuchas no pudieron ocultar la emoción al compartir sus recuerdos. «Es como si estuviera viviendo de nuevo esos momentos con mi primera pareja», comentaba Raúl desde Nueva York. «Me hiciste llorar, Manny. Las canciones me han transportado a mi juventud», decía Ana desde Miami, con una voz entrecortada por la emoción. Y desde Santo Domingo, José nos decía: «No solo son canciones, son historias. Cada tema tiene un pedazo de mi vida. Gracias por hacerlo posible».
Yo, Orlando Pimentel, desde Santo Domingo Este, me sumo a esas voces, porque este jueves de oro me trajo de vuelta un amor que creía dormido, pero que solo estaba esperando una melodía para despertar. De repente, volví a tener 16 años. La vi en mi mente con la misma luz de aquellos días, con la sonrisa que me marcó el alma. Y recordé aquel 27 de febrero de 1990, el día en que la vi partir, llevándose consigo un pedazo de mi juventud, pero dejándome un recuerdo que sigue vivo en cada acorde.
Tropical New York nos ha regalado mucho más que música. Nos ha dado la oportunidad de detenernos, de mirar atrás sin tristeza, sino con una sonrisa en el rostro, sabiendo que lo que fue no se pierde, sino que se transforma. Y todo esto, a través de un jueves que, año tras año, se convierte en oro en nuestro corazón.
Que cada jueves de TBT sea un recordatorio de que el tiempo no es enemigo, sino un amigo sabio que nos enseña a valorar lo que realmente importa. Gracias, Manny, gracias, TropicalNewYork.net, por permitirnos caminar nuevamente por los senderos del alma y recordar que, aunque el mundo avance, hay canciones y momentos que siempre serán eternos.
