AP.– Aaron Judge sacudió su jonrón 62 de la temporada para romper el récord de la Liga Americana que Roger Maris impuso hace 61 años también con los Yanquis de Nueva York y que muchos siguen considerando la marca genuina, por haberse conseguido limpiamente.
Judge, de 30 años, encontró un slider del venezolano Jesús Tinoco y colocó la pelota en el primer par de filas del graderío por el lado del jardín izquierdo, al inaugurar el segundo juego de una doble cartelera ante los Rangers de Texas, en el que sin embargo los Yanquis cayeron por 3-2 para dividir honores en la jornada.
Los 61 vuelacercas logrados por Maris por Nueva York en 1961 han sido superados seis veces, pero todas ellas corrieron por cuenta de peloteros que están bajo la sospecha del consumo de esteroides.
Mark McGwire logró 70 con los Cardenales de San Luis en 1998 y 65 al año siguiente. Barry Bonds impuso el récord de las Grandes Ligas con 73 por los Gigantes de San Francisco en 2001, y el dominicano Sammy Sosa conectó 66, 65 y 63 durante un tramo de cuatro campañas, a partir de 1998.
McGwire admitió haber consumido esteroides, mientras que Bonds y Sosa lo han negado. Las Grandes Ligas comenzaron a realizar pruebas de drogas que mejoran el rendimiento y a imponer castigos por estas infracciones en 2004.
Con una sonrisa tan grande como su fisonomía, Judge, de 2 metros de estatura (6 pies siete pulgadas) ha llamado la atención de las mayores con los garrotazos que emulan aquellos que aparecen en documentales de color sepia, en los cuales se narran las hazañas de los antiguos Yanquis.
“Debería ser honrado por ser el verdadero campeón de jonrones en una sola temporada”, dijo Roger Maris Jr. el miércoles, luego de que Judge igualó la marca de su padre. “Pienso que el béisbol necesita resaltar estos récords y hacer algo”.
En el primer juego de la doble tanda, Judge se mostró más bien frustrado. Azotó su casco en un inusitado disgusto, si bien Nueva York superó 5-4 a los Rangers.
Judge se fue de 5-1 con un sencillo en ese primer encuentro, además de que anotó la carrera decisiva, pero el número 99 no estuvo ni cerca de volarse la barda.
Ello no impidió que los Yanquis se embolsaran su 99no triunfo en esta temporada.