Por Roberto Veras.-
Hay pocas ciudades en nuestro país que brindan vivienda, finanzas, educación, oportunidades y sobre todo empleo a todos sus ciudadanos. Estas cosas están ausentes en los pueblos y, por lo tanto, buscando una mejor calidad de vida muchas migraciones tienen lugar cada año de zonas rurales a ciudades.
Tanto es así que estos problemas conducen a la sobre congestión, la presión sobre la tierra, la presión sobre los recursos, una división entre los grupos económicos y, sobre todo, la suciedad, la expansión de los barrios marginales y la amenaza cada vez más amenazante valga la redundancia de la contaminación.
Con el aumento de los niveles de población en las ciudades, es importante saber cuántas ciudades pueden hacer frente a un aumento cada vez mayor de los niveles de migración. El enorme crecimiento del estilo de vida y el aumento del poder adquisitivo de las personas criadas en la ciudad han llevado a los pueblerinos y extranjeros vecinos, a que ellos también deben saborear un buen estilo de vida migrando a las ciudades. Pero no se dan cuenta de cuánto están contribuyendo a los niveles de congestión de las ciudades.
No hay ciudad en República Dominicana que pueda ocuparse eficazmente del creciente del número de personas que viven en ellas proporcionando alimentos, ropa, vivienda y atención médica para todos. Por lo tanto, este problema debe ser abordado de manera efectiva por todos los miembros de la sociedad.
Existe una fuerte presión sobre varios servicios básicos como el transporte público, servicios hospitalarios, la vivienda, las tarifas del alquiler. A la gente no le importa vivir en barrios marginales para disfrutar de la vida de la ciudad.
El aumento de la migración eleva de manera más severa los niveles de contaminación que se encuentran en nuestro municipio. Las sucias corrientes de agua y los barrios marginales en aumento demuestran activamente el fuerte aumento de la suciedad y la contaminación que ahora se han convertido en la marca registrada de la mayoría de nuestros barrios.
Para que las ciudades se llenen de una población sana y feliz, debemos asegurarnos de que el municipio SDE se descongestione, y se vuelva de regreso a los inmigrantes vecinos, donde se debe realizar el desarrollo para detener la migración.