Su pecado principal es apelar al cine de fórmula con obvia intención del enganche emotivo, pero eso no le resta absolutamente nada, ni siquiera la iluminación a contraluz que se siente cuando dos de los protagonistas caminan en la acera. por José Rafael Sosa Lo que siento por ti podría, en principio, considerarse como otra más de las muchas películas que se producen al año para inscribir un nuevo título. La diferencia que comporta es la fuerza emotiva de su concepto y unas actuaciones artísticas, sobre un respetable despliegue de…
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