AP, NUEVA YORK. — Novak Djokovic no buscó guardarse sus sentimientos en la cancha el sábado. Cambió así la actitud que había mostrado durante sus primeros dos compromisos de este Abierto de Estados Unidos. El serbio dejó salir todo. Se dio palmadas en el pecho, elevó un puño para festejar sus buenas jugadas y se llevó un dedo a la oreja para instar al público a que hiciera más ruido. Este es el Djokovic al que todos están acostumbrados a ver. El que gana en los escenarios del Grand Slam, como…
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