Por: José Núñez
El tema político interno del Partido de la Liberación Dominicana entre Leonel y Danilo no es ya como dijo el profesor Juan Bosch sobre las cosas que se ven y las que no se ven en el mundo de la política, haciendo éste la observación, de que «las cosas que no se ven son casi siempre las más importantes», ahora no, todo es a la inversa para los peledeístas.
Entre los dos máximos líderes del peledeísmo gobernante las contradicciones ya son un hecho, duchos por demás en los asuntos políticos y de Estado, incluso, deberían ser la pareja o el «une tao» más completo y compacto en el concepto de dúo político de la historia del país.
Las inocultables contradicciones se han recrudecido con el tema del método a seguir en las elecciones primarias de los partidos, se evidencian tanto esos criterios opuestos en el sentido de que se hagan abiertas y simultáneas por imposición de la ley, o por el otro lado, cerradas, donde cada organización escoge la forma, es decir, por votos, en un pleno de dirigentes…
Se ha entendido por muchos, que esa oposición al presidente de su partido, del PLD, es para cerrarle el paso a sus pujantes aspiraciones presidenciales para el año 2020, pero éste pregona y escribe sin parar, «que la imposición de las primarias abiertas es inconstitucional, que no se puede obligar a las organizaciones políticas la forma de elección interna; les violan sus derechos orgánicos y fundamentales».
La posición del expresidente Leonel Fernández, a la sazón del tema, viene coincidiendo de manera creciente y con firmeza con las instituciones de la sociedad civil, del calibre de las FINJUS, las iglesias católicas y evangélicas, los empresarios, la ANJE, y especialmente por la gran mayoría de los partidos políticos de la oposición y por supuesto, dentro del mismo PLD existe un porcentaje significativo.
Es justo recordar que el doctor Fernández se ha auto-declarado como el guardián de la Constitución dominicana.
Todo este debate con las primarias internas ha hecho correr la imaginación del público que toma como referencias los hechos que se dieron desde antes del inicio de la primera gestión de gobierno del licenciado Medina, hasta lo que hoy se observa.
Esto viene por el apartheid que en principio parecía normal o natural dentro del nuevo gobierno morado con el expresidente Fernández, pero que ahora se sabe que no fue por cosas normales, sino por decisiones políticas que se arraigaron indisimuladamente, tanto así, que no se hace caso al trato y distinciones ilimitadas dadas en el pasado, independientemente de que fueron bien ganadas, y éstas de ahora, en honor a la verdad, si se dieran; también no lo serían.
En este contexto, estos dos veteranos políticos de la «A, a la Z», deben tener bien claro los ejemplos que se están dando en toda América Latina, donde no es absurdo dar por un hecho que a los gobiernos de largos períodos y de visión desarrollista, los quieren dejar desacreditados, donde el objetivo principal son sus cabezas, y si éstos están desunidos, más fácil son las tareas para aniquilarlos política y moralmente, sin excluir el encarcelamiento.
El último ejemplo es Brasil, y algunos olvidan, que lamentablemente, las primeras clarinadas vinieron de la casa, cuando Dilma Rousseff, por un desliz político, trató de enjuiciar a sus propias gentes, ya luego la reacción fue tarde y el palo comenzó a golpearlos indiscriminadamente.
Entonces, estos dos caballeros que políticamente tienen el juego bajo su control, donde uno puede abrir y el otro relevar y viceversa, que no inventen llevándose de algunos improvisados, que miren hacia atrás los ejemplos de sus homólogos en la región y cumplan con el Partido, sí, ese que Don Juan Bosch, el maestro, le llamó su obra cumbre.
Y aunque no se lo crean ambos, o uno de ellos, ¿cuál es?, yo no sé, su matrimonio para el desarrollo nacional y para el mantenimiento institucional del PLD y el mismo sistema de partido, es una condición sine qua non, determinante en la actual coyuntura.
No terminen como enanos sociales la obra de su maestro, no arruinen lo que han empezado y continuado bien, que la historia los juzgue como gigantes, NO como algo patético, a uno o a ambos. Recuerden muy bien, deben cuidarse sus espaldas mutuamente; tanto dentro como fuera del poder, y eso lo saben ambos mucho más que quien lo escribe ahora.
Recuerden que, «la misma agua hirviendo que ablanda una papa endurece un huevo», o sea, Leonel y Danilo saben su compromiso frente a la historia, conocen bajo qué criterios fueron formados, mantengan la impronta, que no muera en sus manos.
Dejen los orgullos pequeños burgueses y personales, desoigan a los descomprometidos con el peledeísmo-boschista, también a los vacilantes de la casa, vuelvan a enfocarse, y el beneficio será para la patria de Juan Pablo Duarte.
Ojalá!!!