Por Roberto Veras.-
Las relaciones públicas son «la función de gestión que identifica, establece y mantiene relaciones mutuamente beneficiosas entre una institución y los diversos públicos de los cuales depende su éxito o fracaso».
En primer lugar, esta definición contiene la frase clave «éxito o fracaso». Es por eso que los esfuerzos de relaciones públicas son tan esenciales. La forma en que su institución interactúa y se representa ante el público determinará el destino de su empresa.
Las relaciones públicas se trata de comunicación. Está trabajando para producir una comunicación efectiva diseñada para influir, proporcionar información y obtener comprensión.
Quizás la acción de relaciones públicas más comprendida es el uso de los medios de comunicación para comunicarse y promover los mercados objetivos. Enviar comunicados de prensa, ganar exposición y desarrollar campañas promocionales.
Sin embargo, es importante no confundir la publicidad y las relaciones públicas. La publicidad es una herramienta paga que se puede utilizar para apoyar los esfuerzos de relaciones públicas. Cuando se usan efectivamente juntos, los dos pueden formar un equipo poderoso.
Tenga en cuenta que las relaciones con los medios y la publicidad son solo algunas de las muchas áreas de las relaciones públicas. Las comunicaciones efectivas deben ocurrir con todos sus «públicos» tanto internos como externos.
El arte de las relaciones públicas es uno que tiene raíces profundas e históricas. En cierto sentido, es tan antiguo como la comunicación misma. El gobierno, la religión y los negocios siempre han dependido de las relaciones públicas.
¿Y qué sucede cuando las cosas no salen según lo planeado? Los esfuerzos de relaciones públicas deben ser proactivos para proteger la imagen y la reputación de las instituciones. Desde la planificación de crisis hasta el simple desarrollo de respuestas claras a las preguntas de las comunidades del municipio.
Sin las comunicaciones desarrolladas para influir en el público objetivo, ¿cómo podríamos convencernos de aceptar la autoridad de los líderes gubernamentales o de tomar una posición sobre un tema público?
¿Qué sería diferente en nuestro mundo si la Iglesia Católica no hubiera enseñado a sus sacerdotes a «propagar» la fe? Incluso podemos agradecer a los promotores de eventos en la antigua Grecia por construir las bases para la planificación de eventos especiales de hoy. Se necesitaron las mismas habilidades básicas de relaciones públicas para promover los Juegos Olímpicos de Atenas.-