Por José Núñez.
Señor, ¿por qué hay tanto dinamismo en diciembre si apenas es un solo cheque que le dan a los empleados? Con esa pregunta a cañón corto me salió un ciudadano de a pie, con una delatada humildad que reflejaba su precaria situación económica.
Y no me quedó de otra opción que no fuera el responderle a ese educado caballero mis pareceres al respecto, lo cual hice apelando a razonamientos lógicos, que por supuesto, por la premura con la que debía responderle, no había tiempo de investigar ni con el doctor Google las estadísticas de esta visible realidad nacional.
Comencé exponiéndole lo siguiente, oiga mi Don, ciertamente, en sentido general, a la gran masa de empleados públicos y privados lo que reciben es un sueldo trece, que ya ni regalía pascual le dicen mucho, sino doble sueldo, que eso es lo que es realmente, porque no es ningún regalo.
Entonces, como usted sabrá, si un empleado gana diez, quince, veinte mil pesos y así sucesivamente, le va quedando entre el 15 ó 20% para hacer algunos gastos, que si se quiere, se le puede decir, para desparramarlos o en su diversión, para juegos o bebidas alcohólicas.
Pero ojo, eso es haciéndose muchas veces el empleado el chivo loco y no pagando o retardando el saldo o abono a una que otras de sus deudas y compromisos de primer orden.
En este contexto, cuando el trabajador recibe el sueldo trece o su equivalente al tiempo trabajado, aun debiendo él mismo estos ingresos, aunque que sean reducidos, al dedicarlos en gran parte o en su totalidad a gastos de la temporada navideña, los empleados que podían disponer normalmente de dos, tres, cuatro o cinco mil pesos para gastos fuera de los compromisos primarios, ahora disponen de diez, quince o veinte mil pesos para gastarlos.
O sea, la capacidad de consumo para este mes de diciembre crece geométricamente entre los empleados, lo que les permite incrementar los gastos por dos, cuatro, ocho y más veces. Su capacidad de demandar, simplemente explota en las calles, es algo esporádico, pero es una realidad impactante.
Esa es la principal causa de ver que las cosas se ponen mucho más activas, y se pregunta cualquier observador, tal cual hizo el señor que me realizó la referida pregunta, ¿y por qué hay tantos movimientos en este mes de diciembre?, es precisamente porque la gente está en capacidad de moverse consumiendo con ascensos geométricos.
También se agrega el elemento de nuestros dominicanos ausentes y que retornan a vacacional con los suyos en diciembre desde todos los continentes, destacándose la presencia mayoritaria de los que residen en Estados Unidos y en Europa.
Estos dominicanos residentes en playas extrajeras, regresan o envían cantidades extras de dólares y euros para diciembre, y lo que no pueden mandar un extra, por lo menos se anotan con no fallar en los envíos que realizan normalmente.
Inclusive, hasta se endeudan en el exterior para no dejar a sus familiares sin hacerles llegar estos recursos para esta tradicional, envolvente y consumista temporada navideña, una tradición donde realmente se dispara el consumo de la familia y de casi toda la sociedad.
Se debe agregar, que las fiestas, regalos, los bonos y las actividades festivas se multiplican por doquier.
Esas son las principales causas del por qué las calles en diciembre se convierten en un verdadero pan demonio, es algo inaudito, poco comú