Por Prof. Aníbal García Duvergé.
La primera causal que tiene que ver cuando la madre para sobrevivir hay que sacrificar uno de los dos, el código penal puede decir lo que quiera, pero el médico y los familiares van a proteger la madre, de manera que es poner en el código lo que la sociedad viene realizando de manera normal, lo que lo convierte en una discusión bizantina.
La segunda causal es el incesto. Quienes se oponen a que la mujer violada, en un 95% es un adulto mayor con una menor de edad o a lo sumo con una adolescente, es porque no se imagina el trauma social y familiar de la víctima, que su hijo resulta tener como papá y abuelo o papá y tío a la misma persona.
Oponerse a que la mujer en el marco de esa desgracia pueda decidir qué hacer, es un crimen mayor que el incesto mismo.
En cuanto a la tercera causal referente a la violación, o sea usted es partidario que además de ser violada por un canalla, la mujer carezca del derecho a decidir si le pare o no un hijo al violador que adquiere lógicamente derecho de padre y como tal, obligada a interactuar con su violador, oponerse a ese derecho es peor que la violación misma de la cual ha sido víctima la mujer.
Ciertamente, las tres cáusales aumentan las estadísticas de los abortos, pero el número real sigue igual, porque la mujer víctima siempre tomará la decisión que su propia conciencia le dicte, sin importar que un código penal el cual no recoge el sentir mayoritario de las víctimas pueda decidir o no.
Está claro que las tres causales no son suficientes para disminuir los incestos o las violaciones, soy de opinión que el Código Penal debe contemplar en sus articulados, convertir en un eunuco parcial o total, según el caso a quien cometa incesto o violación.
Lógicamente, eso implica sanear de arriba a abajo un poder judicial que muchas veces sus decisiones son productos de la venganza personal de un tercero.