Nueva York. (EFE).- La NBA, que podría convertirse en la primera liga profesional deportiva en Estados Unidos en recibir el uso generalizado de la vacuna para la covid-19, trabaja en una política que defina las pautas a seguir.
El comisionado de la NBA, Adam Silver, y su personal han llevado a cabo conversaciones más amplias con equipos, jugadores y agentes sobre la elaboración de una política que recoja con claridad la nueva realidad que se va a vivir con la aprobación de la vacuna.
Según una serie de discusiones con ejecutivos de la liga, médicos de equipo y agentes, la liga se ha centrado en algunas áreas que se consideran claves como puede ser la necesidad de crear un programa educativo para los jugadores y el personal.
El programa se centraría en dar a conocer las opciones de vacunas, su eficacia y los posibles efectos secundarios.
Educar a los jugadores sobre las medidas tomadas para prevenir el virus en la burbuja de Orlando resultó eficaz de cara a fomentar la cooperación entre todos.
Sin embargo, la NBA reconoce que no será fácil vender la idea de una vacunación generalizada, especialmente cuando hay jugadores que han tenido el virus, y ahora poseen cierto nivel de anticuerpos, por lo que deben ser convencidos de que la vacuna es necesaria.
Entre el reinicio de la temporada el verano pasado y el inicio del campo de entrenamiento de esta temporada, la NBA anunció alrededor de 100 casos positivos para jugadores y personal.
Pero eso no tiene en cuenta a los jugadores y entrenadores que contrajeron el virus durante el cierre y en la temporada baja, solo unos pocos de quienes han optado por identificarse públicamente.
La NBA también considera la necesidad de crear una política sobre la rapidez con la que la liga buscará las inyecciones.
Independientemente de sus recursos, los funcionarios de la liga saben que hay poblaciones de mayor riesgo que tienen prioridad, incluyendo los trabajadores de atención médica, los residentes de hogares de ancianos, los trabajadores esenciales y otros.
