Por Roberto Veras. –
Es una pregunta que muchos se hacen cuando se muestran las falsedades que se han dicho antes de las elecciones y después de las elecciones.
También se relaciona con las relaciones personales entre padres e hijos, e incluso, en algunos casos, con el médico y el paciente. Pero qué pasa si se asocia también con un sacerdote que miente a su congregación y con los medios de comunicación donde la exageración vende más sus productos que informar la verdad.
El comunicador debe decir y escribir la verdad, defender al débil del fuerte e informar con exactitud, para no ser calificado como imparcial.
Las mentiras tienden a ganar más apoyo si lo que se dice o se actúa es lo que el público quiere escuchar.
Se pueden rectificar después con excusas y esto es lo que las personas aprenden en una etapa temprana de la vida.
Los padres mienten sobre las cosas que pueden hacer que un niño se sienta bien, como de Santa Claus y Los Reyes Magos, etc.
Muchos padres falsificarán sus actividades tanto para sus parejas como para la familia, y esto se convierte en un problema importante para los jóvenes a medida que crecen y aprenden la verdad.
Lo importante de las mentiras es que, son un mecanismo de escape. Permiten al mentiroso resolver las cosas de una mejor manera y, con suerte, evitar una situación embarazosa o un delito menor.
Se usan las mentiras para evitar ofender a las personas. Son parte de la diplomacia utilizada por todos los gobiernos para «suavizar» las relaciones entre los países. Al afirmar algo de una manera un poco menos honesta. Esa parece ser la práctica de la política a nivel mundial.
Las mentiras a menudo funcionan porque las personas creen lo que quieren escuchar y odian escuchar la verdad en la mayoría de los casos.
Esa ha sido mi experiencia de cómo funcionan las cosas como las religiones.
Muchos son mentirosos habituales y extienden la verdad hasta tal punto que están etiquetados de tal manera que no se cree nada de lo que dicen.
Los seres humanos necesitan alentar la verdad en todos los aspectos de la vida y deben exigirla antes de caer por la salida fácil y mentir a sí mismos.
No hay tal cosa como una mentira blanca o menor. Todas las mentiras son mentiras y en algún lugar del camino a menudo vuelven para herir e incluso matar a víctimas inocentes.
Antes de que alguien use este mecanismo de escape para evitar la verdad, deben considerar las consecuencias porque siempre habrá algunas.