Por Roberto Veras.-
El siguiente párrafo fue extraído de “VANGUARDIA DEL PUEBLO” publicado la semana del 4 al 11 de noviembre de 1981.
“Fue una locura colectiva lo que se armó en las calles de Santo Domingo con la circulación del periódico “Vanguardia del Pueblo”. La gente perseguía al “Álbum de la Corrupción” como a pan salido del horno. El resultado de este frenesí fue que se vendieron de esa edición 132 mil ejemplares, cosa nunca vista en el país hasta ese momento de 1981”.
Pero resulta que 39 años después esas personas señaladas de corruptos en el año 1981 por el líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), son niños de teta en comparación con los funcionarios del pasado gobierno implicados en el caso Odebrecht, no hay duda que hubo corrupción, malversación y repartición en el gobierno del PLD.
Parece ser que los gobierno después de 1981 ninguno está libre de corrupción y seríamos ingenuos si creyéramos lo contrario. No debemos confiar en ningún otro, porque todos han participado en sobre valuaciones de obras, de nóminas y nominillas, de repartos a familiares y relacionados, de violación a las leyes de compra y contrataciones y de libre acceso a la información.
El argumento planteado en este artículo es sobre la necesidad que tenemos los dominicanos de rechazar la corrupción, de decir NO a las ganancias injustas, no solo porque no es ético, sino también porque destruye la unión social y quita el poder a las personas. El pueblo votó en las pasadas elecciones electorales por un cambio, cambio que al paso de los días no da señales de cambio. La gente tiene sed de justicia y ha puesto sus esperanzas en el actual gobierno dominicano.
Si todos los funcionarios de este país tuvieran la conciencia clara de que están comprometidos y son justos en sus responsabilidades, ¡seríamos un pueblo muy poderoso y RICO! La conciencia tranquila es una de las armas más poderosas que existen. Entonces, sería muy difícil tolerar a políticos corruptos.
Aquí hay algunas formas de combatir la corrupción y alzar la voz contra ella:
1. Puede denunciar la situación sin revelar ninguna información personal o clasificar a alguien que pueda investigar y que pueda obtener autorización para escuchar los detalles.
2. Vaya a la Comisión de Prevención de la Corrupción para informar sobre cualquier persona corrupta en su organización o departamento. Esto conducirá a una acción inmediata y ayudará a generar esfuerzos anticorrupción en el estado.
3. Si usted es un empleado del gobierno y encuentra prácticas corruptas en su oficina, informar al supervisor es el primer paso, ya que se espera que trabaje de acuerdo con el protocolo vigente
4. Visite organizaciones que ayudan a los denunciantes. Estas organizaciones realizan informes anónimos de actividades corruptas y toman medidas rápidas.
5. También puede comunicarse con la Cámara de Diputados. Debe ser bastante específico sobre cuáles son sus quejas, qué quiere que haga su funcionario electo. Es posible que obtenga una respuesta tardía pero positiva.
