Por orlando Pimentel
En un ambiente de profunda reflexión y homenaje, el cementerio Puerta del Cielo fue el escenario de una misa especial en conmemoración del Día de los Fieles Difuntos.
La eucaristía, que buscaba honrar la memoria de los seres queridos que ya no están físicamente, fue oficiada por Monseñor José Amable Durán, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo, y concelebrada por los sacerdotes Geraldo Ramírez Paniagua (Padre Jerry) y el Padre Tulio.
Durante la homilía, Monseñor Durán resaltó el valor espiritual de este día, destacando que es “bíblico que Dios desea que todas las almas se reconcilien con Él” y señalando que el Día de los Fieles Difuntos es una jornada de oración y adoración. Subrayó además la importancia de rezar tanto por los vivos como por los difuntos, en un acto de fe y unión con el más allá.
La misa fue organizada por Esmirna Gómez, quien, junto con Michele Selman a cargo de la decoración ambiental, creó una atmósfera solemne y respetuosa, propicia para que los asistentes pudieran honrar a sus familiares y amigos fallecidos.
Como parte de la ceremonia, cada asistente recibió un globo biodegradable, invitándolos a escribir mensajes de amor y recuerdo dedicados a sus seres queridos. Al finalizar la misa, estos globos fueron dispuestos en forma de cruz, un símbolo de unión entre el cielo y la tierra, y fueron liberados al unísono, elevándose como un tributo colectivo cargado de sentimientos y oraciones.
Monseñor bendijo a todos los nombres de los fallecidos que reposan en el camposanto Puerta del Cielo y extendió sus bendiciones a todos los fieles que han partido en nuestro país.
La ceremonia, llena de simbolismo y emociones, brindó a los presentes un espacio para expresar sus pensamientos y emociones, fortaleciendo el vínculo eterno con aquellos que permanecen en sus corazones. Este acto de conmemoración permitió a los asistentes conectar con sus recuerdos y enviar, a través de los globos, un mensaje de paz y amor a quienes partieron, reafirmando así el sentido de comunidad y de esperanza en la vida eterna.