Ardua labor del Leonesismo para posicionarse

Por  José Núñez                           

Ya hace algo más de un año que con decisión, el expresidente por tres ocasiones, doctor Leonel Fernández, comenzó su tarea rumbo al solio presidencial tal cual un escultor hace su trabajo frente a la obra que tiene por misión llevar a una feliz conclusión.

Y decimos que con decisión o en concreto marcó la ruta para volver a gobernar a partir del 2020, porque en realidad ese proyecto era un secreto a voces en todo el país desde el mismo año que concluyó su tercer mandato en agosto de 2012.

Lo que no había era la certeza de cuándo iba a ser, pero la circunstancia y las coyunturas parecen estar presentes, y el eslogan de que no «Hay marcha atrás», delata la firmeza de estas renovadas y pujantes aspiraciones.

Obviamente, proyectos de estas envergaduras, independientemente del área donde se vayan a planificar y a ejecutar, generalmente no son iniciados por una sola persona, aunque tampoco la cantidad tiende a ser abultada. Estos grandes sueños o ideas, se arrancan con los hombres cercanos, confiables y de firmeza, sobre los cuales se ejerce algún tipo de liderazgo o esperanza.

Así mismo acarició Leonel su nuevo proyecto presidencial, recibiendo, escuchando personas de todos los estratos sociales, soportando críticas merecidas e inmerecidas, también se le indicaba lo que debía hacer, lo que fortalecía lo que muchas veces ya él tenía concebido.

Además, puso en marcha un plan de recibimientos y visitas a las casas de dirigentes tradicionales, a símbolos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Realizaba y está realizando encuentros políticos, sociales, sectoriales, en fin, salió con un dinamismo que lo ha notado, hasta los menos interesados en los temas políticos.

Incluso, Leonel redujo sus fluidos compromisos internacionales en el exterior a la mínima expresión, obviamente, con el exclusivo interés de dedicarse a tiempo completo a las labores políticas locales.

En una segunda etapa comenzaron los encuentros más abiertos, los cuales se expandieron o crecieron tanto, que causaron celos políticos; internos y externos, provocando que los interesados lo denunciaran en la Junta Central Electoral (JCE), para que ésta prohíba las actividades proselitistas al aire libre y en las calles.

Frente a esas quejas y presiones mediáticas, la JCE ante de ser aprobada la Ley de Partidos, y mucho menos la Ley Orgánica del Régimen Electoral, cedieron y comenzaron a implementar esta medida, solo con el único fin de sacar al León de las calles.

Pero todo resultó a lo inverso por la recolección de los datos de las personas, trabajo que se está ejecutando a diario, semanalmente, cara a cara con el pueblo, donde muchos terminan firmando un formulario para que vuelva Leonel en el 2020.

Además, el activismo de los grupos pro Leonel en las redes sociales, la reactivación de los movimientos de apoyo y las intenciones de reestructurar un frente de los partidos pequeños en militancia, pero invaluables en sus aportes en el combate y la percepción electoral, por lo cual, con todo esto, que no es todo lo que se está haciendo, este proyecto presidencial se observa sólido y entusiasta.

Todos estos esfuerzos empalmados con propuestas tangibles y añoradas, además de las  ponderaciones favorables de tres mandatos gubernamentales recientes, que traen más buenos recuerdos que malos, todo ha comenzado a delatarse y ya se evidencian en los resultados de las mediciones electorales de simpatías en las encuestas de prestigio en el país.

También, la mayoría de las bases peledeístas y una gran parte del pueblo, se han percatados de que el asunto de las aspiraciones presidenciales con Leonel, esta vez, van contra vientos y mareas, entonces, al estar la situación favoreciéndoles a este proyecto, porque la gente mayoritariamente les está haciendo el coro, la resiliencia con simpatía hacia este expresidente no se han hecho esperar, todo se ha puesto fenomenal.

Los gritos del «No hay marcha atrás» en las provincias, municipios, distritos municipales, en los sectores, en las calles y callejones, se han hechos tan populares, que les han agregado, que «bajo cualquier circunstancia» la batalla política por la presidencia es indetenible hasta lograr ese objetivo final.

Y todo se ha puesto más sólido, porque las aspiraciones presenciales de Leonel Fernández están tocando los sentimientos nacionales con la causa que viene asumiendo, el respeto a nuestra Constitución.

Es que después de tantas planificaciones, reuniones, asambleas, encuentros sectoriales, mítines a puertas cerradas…, y cientos de miles de horas consumidas en maratónicas  reuniones donde quiera que hay un dominicano, los frutos se han comenzado a recoger, y en abundante zafra.

Esta precampaña electoral con Leonel se debe enmarcar dentro de las que más se ha trabajado en cualquier época del país y en la que sin dudas, sin estar en el poder, es en la que el precandidato ha alcanzado el posicionamiento más alto en la población faltando tantos meses (13) para el día «D».

De ahí, que por cuarta ocasión, el Poder espera por Leonel, para seguir apuntalando la Patria de Juan Pablo Duarte en beneficio del pueblo dominicano.

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