Por José Núñez .
Para el 1994, fue donde se armó el lio con el fraude de que fue objeto el doctor José Francisco Peña Gómez y el PRD por parte del PRSC, Joaquín Balaguer y comparte, donde según la Junta Central Electoral, estos fueron los resultados finales de los partidos con sus aliados; el PRSC, un 43.3%, el PRD, un 41.6% y el PLD, un 13.1%.
Ustedes conocen el gran problema que se causó por los alegatos de fraudes que les hicieron al PRD, y los demostraron los perredeístas, con el doctor Peña Gómez a la cabeza, éstos ya habían vivido la experiencia del PLD con los comicios de 1990, y el resto es historia.
De ahí nacieron las elecciones generales del año 1996 hasta la fecha, se le impuso la reducción del período al PRSC hasta el mencionado 1996, porque era hasta 1998, y también, se cambió que para ganar unas elecciones generales o presidenciales, se requiera el 50% más un voto, anteriormente se ganaba con una mayoría simple.
Ahora bien, a partir del 1996, se observan cambios radicales en el comportamientos de los partidos políticos con respecto a las alianzas, ya que desde el citado año, hasta el día de hoy, nunca se han realizados elecciones sin llevarse a cabo alianzas importantes a todos los niveles; presidencial, congresual y municipal. Obviamente, aquí influyó la modalidad de que para ganar las elecciones presidenciales, se requiere el 50% más un voto (50%+1).
En el 1996 gana Leonel Fernández y el PLD aliado al PRSC en una segunda vuelta electoral muy competitiva frente al PRD y Peña Gómez, los porcentajes obtenidos fueron de 51.3% y 48.7% respectivamente.
Para las elecciones del 2000, el PRD gana con Hipólito Mejía encabezando la boleta blanca frente a los que perdieron, el PLD con sus aliados y Danilo Medina, con un 49.87% y los morados con un 24.94%, y al no interesarse el doctor Balaguer porque haya una segunda vuelta, ya que el obtuvo el 24.60%, ahí pasaron las aspiraciones de los peledeístas y de Danilo querer quedarse gobernando el país.
Los resultados electorales del 2004, donde los aliados continúan en esta nueva etapa del 50% más un voto, aportando los números finales para el triunfo, el PLD y sus aliados llegaron al 57.11% de las votaciones, y aunque el partido morado obtuvo solo un 49.02, los aliados dieron el golpe final, contribuyendo con un 8.09%, mientras que los del PRD con sus aliados quedaron con apenas un 36.74%, y lo del PRSC en una lejana tercera posición con 8.7%.
Aquí debemos hacer un preámbulo y volver hacia el año 1994, que producto de esa crisis poselectoral, se propiciaron varias reformas a la Constitución dominicana, una de las cuales fue la separación de las elecciones legislativas y municipales de las presidenciales, convirtiéndolas así en verdaderos sufragios electorales de medio término. Desde entonces se llevaron elecciones a nivel congresual y municipal en los años; 1998, 2002, 2006 y en el 2010.
Para el año 2006, los partidos de la oposición representados en la Gran Alianza Nacional de los perredeístsas y reformistas, perdieron la mayoría de las más importantes plazas a nivel congresual frente a los peledeístas. El PLD además obtuvo la gran mayoría de los municipios del país, es decir, que a los que también denominaron la Alianza Rosada (PRD-PRSC), fue derrotada por Leonel Fernández, el PLD y las fuerzas aliadas.
En el 2008, el PLD y el doctor Leonel Fernández realizan una alianza como nunca antes vista en el escenario político nacional, ya que llega junto a sus aliados a un total de once (11) organizaciones apoyándolos, y éstas fueron; la APD, el BIS, el PTD, la UDC, el PLRP, la FNP, el PUN, el PQDC, el PRN, el PDP y el PPC, o sea, de un 44.94% que obtuvieron en esas elecciones los peledeístas en su casilla, los aliados les aportaron un 8.44% para llegar al 53.38%, lo que evidentemente lo empoderó para seguir gobernando la nación.
Debemos agregar que en el 2008, el PRD y aliados con el ingeniero Miguel Vargas Maldonado encabezando la boleta, alcanzaron un 40.48%, mientras que el PRSC y Amable Aristy Castro como su candidato presidencial quedaron en un lejano tercer lugar con 4.59%.
Para las elecciones del año 2012, el PLD que volvió a ganar con un 51.21% en la tercera ocasión consecutiva, aunque ahora con el licenciado Danilo Medina como su candidato presidencial, sintió tal vez más que nunca la importancias de las alianzas electorales cuando se está con el requisito para ganar, el de obtener el 50% más un voto.
Porque apenas como partido, el PLD llegó a un 37.73% en las votaciones de 2012, y sus aliados que totalizaron un nuevo récord con trece (13) organizaciones aliadas a este proyecto político, las cuales sumaron un significativo y determinante 13.48% de dichos votos, los que permitieron alcanzar y sobrepasar los sufragios mínimos requeridos para ganar en la primera vuelta electoral del citado año.
Esos partidos aliados al PLD y al licenciado Danilo Medina fueron; el PRSC, el BIS, PQDC, UDC, FNP, PCR, PTD, PPC, PAL, PASOVE, PUN, PLRD, y el PDP.
En este mismo escenario de las elecciones generales ordinarias del año 2012, el PRD, Hipólito Mejía y sus aliados, perdieron alcanzando un 46.95%, o sea, que esa competencia electoral fue una de la más reñida, la diferencia quedó en 4.26%, aunque la competencia tan cerrada como por ejemplo, la del 1996 entre los doctores Peña Gómez y Leonel Fernández.
Conociendo la importancia de los frutos positivos que dejan las alianzas electorales, ahora más que nunca en el PLD, para el año 2016, el presidente Medina, independientemente de lo sólida y bien aceptada que se mostraron sus aspiraciones continuistas y lo bien valorada de su gestión de gobierno, no se durmió en sus laureles y conformó unas históricas alianzas electorales.
Esas alianzas realizadas en el año 2015 para las elecciones de 2016 hechas por el PLD, las más variadas y numerosas que hubiese conformado partido y candidatura alguna en toda la historia política electoral del país, fueron catorce (14) organizaciones; le dieron los resultados favorables esperados, Danilo Medina ganó esa competencia electoral con la astronómica suma que hizo un récord, de un 61.74% frente a un 34.98 del PRM, sus aliados y Luis Abinader, o sea, con un 26.76% de diferencia.
Independientemente, de que Danilo y el PLD obtuvieron el 50.19% en esas elecciones, es decir, que hubieran podido ganar solo en la primera vuelta, pero si estas alianzas no se dan con el denominado Bloque Progresista y otros partidos y movimientos, los que aportaron en conjunto más del 11% de esos votos, quizás otra cosa hubiese pasado, porque ahí la percepción influiría para afectar desfavorablemente el resultado que se alcanzó.
En conclusión, con respecto a las alianzas electorales entre las organizaciones políticas en nuestro país desde el año 1962 al 2016, podemos decir lo siguiente:
1ero. Unas siete (7) elecciones presidenciales han salido ganadoras en sus alianzas con los partidos mayoritarios, estas fueron las de; 1990, 1996, 2000, 2004, 2008, 2012 y el 2016.
2do. Se ha dado una sola alianza electoral perdedora, la del PRD y el PRSC en las elecciones congresuales y municipales de medio término, las del año 2006. Esa es la única ocasión que una alianza de dos partidos mayoritarios ha sido derrotada.
3er. En el 1990, el PLD pierde esas elecciones por desechar una alianza electoral con el PRD o con el PRI, o también, con los dos al mismo tiempo.
4to. Las alianzas políticas electorales siempre han sido exitosas en nuestros escenarios, siempre y cuando haya un partido o dos de los mayoritarios encabezando las mismas, salvo una excepción, la del año 2006.
En definitiva, para el 2020, si «las matemáticas no fallan», lo que está a la vista de todos no necesita espejuelos, ¡y mucho menos, redundancias!