Por José Núñez.
Señores, el escollo que enfrentan los aspirantes nóveles y no tan nuevos para desplazar tanto a los senadores, alcaldes, a los diputados y a los regidores que están desempeñando sus funciones, está más difícil que brincar La Gran Muralla China, sí, esa que tenía 21,200 kilómetros de largo y en promedio mide de 6 a 7 metros de alto, y de 4 a 5 metros de ancho, porque ya hoy en día, de ésta solo se conserva un 30%.
Hacemos ese símil o comparación en el párrafo anterior, porque los obstáculos que tienen que enfrentar los precandidatos a cargos electivos cuando los mismos son figuras nuevas y no tan conocidas, frente a los legisladores y alcaldes que ya tienen usufructuando los puestos por; un período, dos, tres y hasta por cuatro, se hace casi imposible derrotarlos.
Es qué lo que dimana de la Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos (la núm. 33-18) y la Resolución a la misma de Reglamento Orgánico del Pleno de la Junta Central Electoral, así como también de la Ley Orgánica de Régimen Electoral (la núm. 15-19), las cuales no permiten promociones muy abiertas, ni dinámicas de los precandidatos en los medios de comunicación masivos, y de esta forma poder ellos llegar a hacerse impactantes y eficaces con rapidez en las masas.
Incluso, se debe hacer saber a los precandidatos que violen las disposiciones sobre las leyes electorales y los reglamentos sobre las mismas emitidos por la JCE, que son plausibles de castigos y hasta de despojarlos de sus aspiraciones electivas.
Oigan estas prendas, la Ley núm. 33-18 con su Reglamento Orgánico del Pleno de la JCE en los artículos que van desde el 14 hasta el 16, dispone que no se puede poner promoción por la radio ni por la televisión, tampoco se pueden hacer caravanas ni mucho menos actividades en lugares abiertos.
Además, no se pueden pintar las aceras y paredes, ni poner afiches ni vallas… ¿y entonces? Apenas pudiendo ir a esos programas (de radio y televisión), si los invitan, y cuando son televisados podrían pasar sus actividades en un espacio de tiempo que siempre es muy limitado, con un blanco de público segmentado, el cual generalmente ya está prejuiciado.
Cómo, de qué forma en las provincias grandes como por ejemplos, las de; Santo Domingo, Santiago, San Cristóbal, La Vega, San Francisco, entre otras, un aspirante va a enfrentar, especialmente a un senador o, a un alcalde haciendo encuentros cerrados y uno que otro mano a mano, sin disco lay, sin mucha algarabía, son tipos visitas personales. El tiempo no les dará ni que se multipliquen o se clonen al cubo.
Mientras que los alcaldes, los senadores, también muchos diputados han permanecido (unos más que otros) y están en las calles desde hace varios años, y obviamente, son los más demandados por los diferentes programas de radio y televisión, se llevan los mejores titulares en los periódicos escritos y digitales, ya que ellos son los que manejan las informaciones principales o están en el centro de los debates de los asuntos de Estado.
Porqué dígame usted, un precandidato a esos puestos de elección popular, ya sea para senador, o para alcalde y hasta para una diputación, sus novedades son sus propuestas y algunas que otras críticas y denuncias, aunque sabemos que éstas deben ser el punto principal para escogerlos, eso no es realmente así. Suena feo y preocupante, pero es una verdad absoluta en un país con las características como el nuestro; ahí «Don dinero» hace su magia.
Y además, por el lado de los alcaldes, todos podemos verlos, como la gran mayoría anda por las calles con los camiones de los ayuntamientos que ellos dirigen convertidos en vallas móviles con sus figuras puestas en los mismos, y tal acción, tan vulgar, es violatoria a la Ley Municipal, pero como no hay «quien le pongan el cascabel al gato» con estos alcaldes, ya usted sabe.
También los susodichos alcaldes y las alcaldesas, realizan inauguraciones de obras, como son; de aceras y contenes, de calles asfaltadas, de parques, centros comunales, en fin de todas
las clases y formas que les competen.
Esas inauguraciones pasan los gobiernos municipales a convertirlas en verdaderos actos públicos, masivos y muy populares, las cuales realizan al aire libre, y como las leyes de Partidos (la núm. 33-18) con su Reglamento Orgánico del Pleno de la JCE, y la Orgánica de Régimen Electoral de la JCE (la núm. 15-19) no las prohíben hasta que no se esté a pocos meses de las elecciones finales, que son las de febrero y las de mayo, por lo tanto, todo se convierte en «fiesta y mañana gallo».
De ahí, que con tantos obstáculos legales para los precandidatos que quieren desplazar a los que están, y con tantas facilidades apoyados por la ley a los que no quieren salir de sus cargos, por la experiencia, decimos, vamos a volver a vivir, que van a competir y a quedarse con los puestos electivos la gran mayoría de los que actualmente ostentan y aspiran otra vez a esas posiciones de elección popular.
Precisamente, por las situaciones y escenarios recreados en los párrafos anteriores, es que podemos observar cómo se repiten en todos los partidos más del 95% de todos los aspirantes reeleccionistas en los cargos electivos de; senadores, alcaldes, diputados y regidores.
Y no es que esas repeticiones en los puestos sean por sus cualidades que las ganan o se reeligen en sus cargos, esas son las excepciones, salen triunfantes por competir en escenarios ventajosos, aunque algunos de ellos crean que es por su calidad y popularidad.
No señores legisladores y alcaldes, los triunfos de ustedes son generalmente «por los sobrecitos».
Definitivamente, ¡Qué difícil son los cambios en las democracias de los países subdesarrollados!