Por Milagros Escarramán.
Santo Domingo. – El presidente del Grupo Empresarial APS, Alejandro Asmar, manifestó que los dominicanos están perdiendo su país, el cual está siendo llevado al abismo socioeconómico, y donde se está generando un ambiente de incertidumbre y desesperanza que puede alcanzar situaciones de ingobernabilidad.
“Lo peor es que muchos de nuestros dirigentes parecen no estar conscientes de esa realidad para comenzar a revertir ese proceso, y por eso se ponen a hacer equilibrio al borde del precipicio, minimizando el riesgo y la posibilidad de una crisis económica, política y social, producto de los hartazgos acumulados en todos los órdenes”, señaló.
Entiende que se comenzó a perder el país cuando las élites se encerraron en su torre de marfil y se desconectaron de lo que ocurría más abajo, en la base de la pirámide social; cuando los políticos empezaron a perder credibilidad, dando paso a un laissez faire, laissez passer (dejen hacer, dejen pasar), que lo desordenó todo y lo continúa haciendo.
El empresario dijo que el país que se está perdiendo es aquel donde se está resquebrajando el tejido social que “nos unía familiarmente, comunalmente y vecinalmente, donde antes cualquier desconocido era un amigo por conocer y no un sospechoso visto con ojeriza, como sucede hoy, ante la violencia, la delincuencia y los escandalosos grados de deshumanización que hemos alcanzado”.
Asmar planteó que el país empezó a escaparse cuando las autoridades comenzaron a subir los costes fiscales, que están haciendo inoperables y poco rentable la creación y el mantenimiento de empresas que se ven obligadas a desaparecer o reducirse a su mínima expresión, con el consecuente estancamiento de la producción de empleos y de riqueza social, y el aborto de las pequeñas iniciativas empresariales.
A la inseguridad del empleo y las incertidumbres consustanciales a la pobreza, a la vergüenza de verse y saberse derrotados -dijo-, se le suma la crispación social que causa la masiva invasión de extranjeros ilegales, el incremento de la inseguridad y los alarmantes niveles de violencia.
Sin embargo, aseguró que un pueblo, al parecer dormido, puede levantarse en un abrupto despertar. “Aún estamos a tiempo de rescatar y recuperar para todos y no para un grupito el país del amor, de la solidaridad y del trabajo, el que siempre ha puesto el acento en lo colectivo y no en lo particular”, precisó.