Por: Alcadio Valdez
LA LENGUA NUEVA CONTINUACION
Los nacionalistas del Catorce de Junio, los comunistas del Partido Socialista Popular, y Movimiento Popular Dominicano, le hablaban al pueblo de lucha de clase, burguesía, proletariado, imperialismo, oligarquía, en fin un lenguaje académico el cual pueblo no entendía.
En cambio Juan Bosch, utilizo un lenguaje sencillo, tomo dos arcaísmos (palabra que no se usan) que el pueblo aprendió rápidamente: a los pobres le llamo hijos de Machepa, y a los ricos Tutumpotes,
Años más tarde el Dr. Balaguer, acuso a Bosch de traer al país la lucha de clases, algo falso, porque la lucha de clase existe en Dominicana desde la llegada de Cristóbal Colón, lo que hizo Bosch, fue darle conciencia a las masas.
Todo el que ha leído un manual elemental de economía, sabe que el dinero no es riqueza, el dinero representa la riqueza y la riqueza es la producción de bienes; pero como explicar algo tan complejo a un pueblo con tantos analfabetos.
Pues bien, en un mitin en Puerto Plata en 1962, Bosch tomo a uno de los asistentes el cual se destacaba por su tamaño y pregunto a la multitud.
¿Qué ocurre si cogemos este hombre, y solo con los pantalones y lo encerramos en un almacén donde hay de todo para cocinar y a los 15 días abrían el almacén? –
Y la multitud le contesto “un hombre gordo, bien vestido y alegre porque está tomando ron”.
Luego pregunto
¿Saquemos todo lo que hay en el almacén y pongamos 1000 pesos en los bolsillos de este hombre y enciérrenlo en el almacén y abran la puerta a los 15 días que van a encontrar?—-
La multitud respondió, un cadáver.
Pregunto de nuevo
—– ¿De qué le sirvieron los 1000 pesos?—–
La multitud respondió de nada,
Entonces le explico que la riqueza está en la producción y la producción genera el dinero el cual representa la riqueza.
Siguiendo ese mismo método llego “a explicar ante audiencias populares problemas tan complicados como el de la balanza de pagos del país, y la gente entendía lo que se le decía” (Ver Juan Bosch, Dictadura con Respaldo Popular, 2da editora Max 1971, Santo Domingo páginas 187 y 188)