Cuba también ha creado con éxito un increíble sistema nacional de salud “DE LA CUNA A LA TUMBA” que es completamente gratuito para sus ciudadanos, la tasa de mortalidad infantil de Cuba también es la más baja de América Latina.
En comparación con las condiciones de 1959, cuando la esperanza de vida promedio era de solo 58 años, las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugieren que la esperanza de vida en la Cuba actual es de 78 años, un aumento notable de 20 años.
Su sistema de salud ha erradicado por completo muchas enfermedades infecciosas y contagiosas como la poliomielitis, la malaria y el dengue. Hoy, Cuba tiene el mayor número de médicos per cápita que cualquier otro país del mundo, también está formando gratuitamente a 76,000 estudiantes de medicina extranjeros y está exportando instalaciones sanitarias a otros países pobres.
Para brindar servicios de salud de primer nivel a las personas desfavorecidas de todo el tercer mundo, en 2008 Cuba envió 36.500 médicos a ochenta y un países del tercer mundo. Tiene una industria biotecnológica y farmacéutica floreciente, ha desarrollado una vacuna para la meningitis B y exporta a todo el mundo la mejor vacuna contra la hepatitis B.
Hoy en día, el pueblo cubano disfruta de coberturas de seguridad social al ciento por ciento y las ventajas de la igualdad institucional que brinda su gobierno. La sociedad cubana está absolutamente libre de racismo y explotación y ha logrado un éxito notable en el empoderamiento de la mujer.
Las mujeres cubanas constituyen el 40 por ciento de la fuerza laboral cubana, el 66 por ciento de la fuerza laboral técnica y científica del país y el 36 por ciento de los miembros de la Asamblea Nacional, también ha logrado un éxito considerable en el ámbito deportivo.
Hoy, Cuba tiene el mejor historial ambiental del mundo, habiendo aumentado su cobertura forestal en más del 50 por ciento, reduciendo drásticamente la electricidad utilizada para la iluminación e implementando una revolución en la agricultura orgánica. El Fondo Mundial para la Naturaleza ha descrito a Cuba como el único país ambientalmente sostenible del mundo.
Es significativo señalar que todos los principales logros sociales de Cuba se adquieren principalmente a través de la solidaridad social, mediante la participación activa de la masa cubana organizada bajo un liderazgo brillante e inspirador de Fidel Castro.
Cuando un pequeño país latinoamericano brinda atención médica y educación gratuitas a su gente, les otorga una seguridad social completa y los libera de la esclavitud de las injusticias sociales, ¡el país y sus ideales son ciertamente peligrosos! Y cuando el mismo país inspira a otras naciones desfavorecidas a rebelarse contra los imperialistas y los delincuentes neoliberales, los estimula a contravenir a la superpotencia estadounidense, ¡debe considerarse como una grave amenaza!
Cuba fue el primer país de América Latina en lograr la libertad de la incesante dominación imperialista a través de una revuelta armada. Fue una revolución brillantemente original; apasionadamente inspiradora para encender oleadas de luchas revolucionarias en todo el mundo.
El origen de estos jóvenes radicales fue un movimiento popular llamado movimiento 26 de julio, que tenía como principal objetivo traer justicia social para el pueblo cubano a través de su lucha contra el gobierno despótico y corrupto de Fulgencio Batista, un canalla avaricioso y leal agente estadounidense. Después de la revolución, el poder de decisión final del gobierno revolucionario quedó en los guerrilleros de Sierra Maestra bajo el liderazgo de los líderes revolucionarios jóvenes y poco ortodoxos como Fidel Castro, Che Guevara, Camilo Cienfuegos, Raúl Castro, Celia Sánchez y Juan Almeida. Estos jóvenes líderes representaban el verdadero espíritu de la revuelta, creían en la lucha colectiva y la novedad ideológica. No siguieron ninguna receta revolucionaria dogmática para lograr su objetivo.
En sus primeros discursos, palabras como «comunismo» o «socialismo» ni siquiera fueron pronunciadas por los líderes rebeldes. Pero gradualmente las cosas cambiaron cuando las ‘verdades desnudas del imperialismo’ empezaron a revelar su horrible rostro. Esta revelación finalmente obligó al liderazgo a explorar conscientemente el camino del socialismo. En abril de 1961, dos años y cuatro meses después de la victoria de la revolución cubana, Fidel Castro declaró la rebelión como revolución socialista. El establecimiento estadounidense pasó a un estado de consternación colosal cuando Fidel confirmó que es marxista-leninista.
Un aspecto encomiable de la revolución cubana es el internacionalismo, la conveniente asistencia que brindó a países comprometidos en procesos de transformación radical. Cuba había jugado un papel radical al extender su mano de solidaridad internacional hacia las regiones explotadas y oprimidas del mundo, para abolir la «explotación del hombre por el hombre». La actitud cubana de internacionalismo la expresa mejor el Che. En el discurso pronunciado en febrero de 1965 en el Segundo Seminario Económico de la Conferencia Afroasiática en Argelia, el Che había dicho:
No hay fronteras en esta lucha a muerte. No podemos ser indiferentes a lo que sucede en cualquier parte del mundo, porque la victoria de cualquier país sobre el imperialismo es nuestra victoria; así como la derrota de cualquier país es una derrota para todos.
La práctica del internacionalismo proletario no es solo un deber de los pueblos que luchan por un futuro mejor, es una necesidad ineludible. Si el enemigo imperialista, norteamericano o cualquier otro, desarrolla su ataque contra los pueblos subdesarrollados y los países socialistas, la simple lógica determina la necesidad de una alianza entre los pueblos subdesarrollados y los países socialistas. Si no hubiera otro factor de unión, el enemigo común debería ser él.
Cuba había extendido su apoyo a los patriotas argelinos en su lucha contra el colonialismo francés. En 1963, cuando Argelia fue atacada por las fuerzas armadas marroquíes, Cuba envió un batallón de 22 tanques y varios cientos de tropas para ayudar a la revolución argelina en peligro de extinción. En la República del Congo, Cuba apoyó al líder popular Patrice Lumumba. Después de que la CIA asesinara a Lumumba, en 1965, el Che Guevara dirigió un grupo de más de 100 guerrilleros cubanos en el Congo para ayudar al movimiento Simba y a los rebeldes congoleños a luchar contra los colonialistas belgas y estadounidenses.
El internacionalismo cubano ayudó a allanar el camino para la independencia de Namibia cuando en 1966 Cuba extendió su apoyo total a la SWAPO y las tropas cubanas, unidas a las fuerzas angoleñas y namibias, derrotaron a Sudáfrica.
Entre 1973 y 1975, la fuerza cubana ayudó a Siria a proteger los Altos del Golán de la agresión israelí. En 1975, Cuba ayudó al MPLA de Agostinho Neto en la lucha contra la Sudáfrica racista respaldada por Estados Unidos en Angola. Miles de voluntarios cubanos participaron en la defensa de Angola de los ataques de las tropas sudafricanas.