Por Roberto Veras.
Las relaciones humanas se basan en la confianza, el respeto y los sentimientos mutuos, en este momento hay muchas mujeres en relaciones en las que todos los días su pareja les promete persistentemente todos los días que nunca estarán con otra mujer o te prometo que en cuestión de tiempo nunca tendrás que preocuparte por las finanzas.
Es promesa, promesa, promesa, ¡pero no acción! Después de un tiempo, esa mujer se da cuenta de que no son más que falsas promesas y, finalmente, tendrá que tomar algunas decisiones difíciles sobre si su relación vale la pena.
Esto también se aplica a las personas en general que desean avanzar más en un trabajo. “Tu jefe te promete ese gran ascenso, pero no lo cumple porque quiere poner en esa posición a la persona que lo ha estado besando”.
La gente aprende a lidiar con las falsas promesas a su manera. Mi manera es no permitirme nunca emocionarme por algo hasta que veo la acción. Lo que quiero decir es que si un funcionario quisiera reunirse conmigo con respecto a una colocación de publicidad en mi medio digital y me promete que definitivamente me elegirá, no me emocionaré hasta que esté seguro de que lo acordado se materialice.
Me tomó mucho tiempo aprender eso, pero cuando no consigues nada más que hablar, te obliga a ser realista. Esa es también otra razón por la que tengo esta actitud de no depender de nadie para que me suceda algo.
La verdadera solución para terminar con el escenario de falsas promesas o tratar con personas que las hacen persistentemente, es ¡no depender de nadie más que de usted mismo! Lo triste de esto es que algunas personas tendrán que aprender esa solución con más tiempo y de manera más difícil.
Si alguien más te está imponiendo sus estándares desiguales, explícale cómo no es justo o pregúntale cómo se sentiría en una situación inversa, puede ser respetuoso y crear mejores relaciones, pues cuando necesite ayuda, se la pedirá a los demás, obtendrá respeto cuando trate a los demás con respeto.
Estoy seguro de que todos los que leen este artículo han experimentado que les prometieron algo y nunca lo vieron. Es posible que haya personas que le hayan prometido cosas en sus relaciones, carrera, familia e incluso trabajos, pero cuando esa promesa no se cumple, se siente como un cuchillo que te apuñala tremendamente.
Muchas de mis falsas promesas provienen de personas que me decían que me iban a ayudar en la colocación de publicidad, pero nunca hicieron lo que dijeron y me usaron como a un condón. Cuando has experimentado tantas veces con personas que hacen falsas promesas sobre lo que van a hacer, eventualmente desarrollas una actitud de «Lo he escuchado todo antes». Ese es el tipo de actitud que tengo con respecto a los farsantes de las palabras y las promesas.